Algunos problemas técnicos pero sobre todo la falta de documentación de la población indocumentada parece ser la barrera más grande para aplicar al fondo para trabajadores excluidos de Nueva York, un fondo de ayuda diseñado para incluir a esta población.

Cortesía de Make the Road New York

Trabajadores y defensores de los inmigrantes marcharon por el puente de Manhattan el 5 de marzo de 2021, pidiendo que el presupuesto estatal incluyera fondos para los que han sido excluidos de la ayuda federal.

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Yovani Bravo sabía que el tipo de favor que le iba a pedir a su empleador dependía de encontrarlo de buen ánimo la mañana del sábado 14 de agosto. En ese momento, el único requisito que le faltaba completar a Bravo para aplicar al fondo para trabajadores excluidos de Nueva York era tener la carta del empleador para probar su elegibilidad al nivel 1, con lo cual podría recibir hasta un máximo de $15.600 dólares (menos $780 dólares por impuestos) en ayuda por el COVID-19.

“Tengo una buena relación con él, pero me dijo que no quería completar la carta”, dice Bravo por teléfono. “Los patrones no quieren verse involucrados”.

Bravo ha trabajado pintando casas y haciendo renovaciones en el área de Nueva York Central por siete años. “Desde que llegué a Nueva York he trabajado para él”, explica Bravo sobre su relación con su empleador.

Luego de la negación, Bravo insistió y con la ayuda de una carta y unas notas que le habían dado en el Workers Center of Central New York, una de las 60 organizaciones seleccionadas para ayudar en la aplicación al fondo, Bravo explicó de la mejor forma que pudo con su limitado inglés que el fondo para los trabajadores excluidos era un programa para trabajadores como él, que no recibieron seguro de desempleo durante la pandemia.

“Le dije que realmente era un beneficio para mí. Y él sabe que tengo familia acá y en Guatemala”, dice Bravo.

En la conversación, Bravo tuvo que sortear los temores y la falta de conocimiento de su empleador sobre el programa como por ejemplo, si se denunciará a los empleadores que proporcionen estas cartas o si les pedirá más adelante que cubra los costes de la ayuda que reciben los trabajadores. Para aclarar mejor sus dudas, Bravo llamó al Workers Center of Central New York y le pasó el teléfono a su empleador.

Luego de la conversación con la organización, el empleador accedió. “Mi caso fue un poco complicado, pero no me imagino cuando hay una mala relación entre el patrón y el empleado o cuando se conocen por poco tiempo”, supone Bravo.

Los excluidos

Bravo completó su aplicación el 18 de agosto y no tuvo ningún problema técnico con la plataforma. Sin embargo, Bravo no deja de pensar en uno de los cinco compañeros con los que trabaja, a quien ve casi todos los días y quien al parecer no podrá aplicar al fondo porque no tiene los documentos necesarios para aplicar.

Abelino, quien prefirió que no se revelara su apellido, no tiene documentos para probar su identidad. A diferencia de Bravo, no tiene una licencia de conducción, o pasaporte, o alguno de los documentos aceptados.

“Las citas para el pasaporte las dan a muy largo plazo”, dice Abelino por teléfono explicando por qué no ha renovado su pasaporte. “Allá no salía así que no necesitaba papeles”.

Esta falta de documentos deja afuera a muchos trabajadores que se suponía debían ser aceptados para aplicar al fondo de ayuda para trabajadores excluidos del estado. Estos trabajadores hicieron una huelga de hambre por 23 días para que se incluyera una ayuda en el presupuesto del estado y en julio, días antes de que se abriera el programa, hubo manifestaciones frente a las oficinas del Departamento de Trabajo (DOL) en Manhattan y la oficina del gobernador Andrew Cuomo exigiendo mayor flexibilidad en los requisitos de documentación.

Estos requisitos no cambiaron, el fondo abrió el primero de agosto y ahora los defensores de las organizaciones ven bastantes casos de personas que deberían clasificar pero no lo hacen por falta de documentos. Los defensores creen que se debería corregir esto porque de lo contrario los trabajadores serían doblemente excluidos.

“Empleados que han trabajado con un nombre diferente”, explica Jessica Maxwell, directora ejecutiva de Workers Center of Central New York, “también están teniendo problemas”. Algunos trabajadores lo hacen por miedo a ser detectados por el gobierno y en otras ocasiones para poder trabajar en ciertas industrias. Abelino es uno de ellos y además no cree que su antiguo empleador acceda a darle una carta.

Para Maxwell hay una relación de poder detrás de un requisito como la carta del empleador en la cual “la aplicabilidad al fondo depende de una tercera persona y los trabajadores tienen que pasar por esta incómoda situación con sus empleadores”.

“Los empleadores tienen todo el poder para decidir quién se presenta a este fondo”, agrega Maxwell y para muchos trabajadores esta carta puede llegar a ser la diferencia entre recibir hasta $15.600 dólares (menos impuestos) en el grupo 1 o $3.200 dólares (menos impuestos) en el grupo 2. Para ser elegibles al nivel 1, los solicitantes necesitan sumar por lo menos 5 puntos o 3 puntos para el nivel 2. Sin embargo, obtener la puntuación necesaria no es tan sencillo. Documentos como ITIN, W-2, estados de cuenta salariales o carta del empleador dan inmediatamente 5 puntos, pero para el nivel 2 se necesita por lo menos uno de los documentos con valor de 3 puntos así que los solicitantes no pueden agregar tres documentos con valor de 1 punto para clasificar al nivel 2 y por esto, muchos trabajadores se quedan por fuera.

Esto ha hecho que varias organizaciones estén enfocándose en los trabajadores que tienen la documentación necesaria para aplicar de inmediato mientras esperan a ver si el Departamento de Trabajo (DOL por sus siglas en inglés), entidad encargada de liderar este fondo, hace actualizaciones a la aplicación —como ya se han hecho algunas.

Por ejemplo, “durante algunos días no hubo opción para los indocumentados que, por alguna razón, tenían un Número de Seguridad Social, así que el DOL cambió eso recientemente”, dice Maxwell esperanzada de que también se modifique el requisito de la carta.

Si bien existe la opción de presentar una carta de una organización benéfica registrada con el Fiscal General del Estado de Nueva York para confirmar el historial de trabajo del solicitante, esta carta solo vale 1 punto.

Bianca Guerrero, coordinadora de la campaña del fondo de trabajadores excluidos de Make the Road New York, cree que una forma de arreglar esto sería ofrecer la posibilidad de presentar una carta que el  propio solicitante redacta atestiguando su empleo o ampliar las opciones.

“Los trabajadores domésticos están pasando por lo mismo”, dice Guerrero por teléfono, quien explica que la falta de la carta del empleador ha sido un problema constante para los trabajadores más informales, quienes no están en una nómina, ni se les paga por depósito directo y no cuentan con recibos de pago de sueldo.

Otros obstáculos

El segundo mayor obstáculo en la aplicación es la prueba de residencia pues muchos trabajadores no tienen los contratos de arrendamiento a sus nombres o solo alquilan una habitación que pagan en efectivo o en el caso de los trabajadores del campo, el empleador paga en muchos casos la residencia.

Abelino, por ejemplo, trabajaba en una lechería al norte del estado cuando empezó la pandemia, sin embargo, otras pruebas de residencia como facturas de servicios públicos como electricidad, gas, internet, cable, agua también suelen estar a nombre de terceros. 

“Hasta la cuenta del teléfono estaba a nombre del patrón”, dice Abelino.

Carola Otero Bracco, directora ejecutiva de Neighbors Link, una organización sin ánimo de lucro que sirve a la comunidad inmigrante de Westchester, dice que probar la residencia ha sido difícil para los trabajadores temporales.

“Sería injusto que el sistema haga que estos trabajadores pierdan estos fondos”, dice Otero Bracco por teléfono.

Desde que abrió el fondo esta organización ha ayudado a un par de cientos de trabajadores en la aplicación, “la mayoría para el nivel 1”, especifica Otero Bracco. Sin embargo, hay un largo grupo de trabajadores en espera para ver si pueden aplicar si el Departamento de Trabajo cambia los requisitos.

Otras organizaciones en el área de Westchester como Community Resource Center, dedicadas a capacitar e integrar a los nuevos inmigrantes en el condado, también han visto bastantes problemas con la documentación.

Al 11 de agosto han tenido “5 cancelaciones de citas debido a la falta de documentación completa”, escribe Jirandy Martínez, directora ejecutiva de Community Resource Center. “Nuestras 10 solicitudes aceptadas se han presentado para el nivel 1. Todavía no se ha presentado el nivel 2”, explica.

Problemas técnicos y prácticos

El Departamento de Trabajo respondió a City Limits que la plataforma de aplicación para el fondo de trabajadores excluidos no ha tenido problemas técnicos, sin embargo, las organizaciones dicen que hay varios problemas técnicos y prácticos.

Por ejemplo, los trabajadores que han aplicado usando un idioma distinto al inglés han recibido notificaciones en inglés y en algunos casos los trabajadores han perdido la oportunidad de hacer cambios a sus aplicaciones porque no entendían el mensaje que se les había enviado. “Cuando ella vino a preguntarnos ya se había cumplido el tiempo de respuesta que tenía y no se pudo modificar”, explica Carina Kaufman-Gutiérrez, directora adjunta del Street Vendor Project.

Este problema en específico fue previsto por las organizaciones hace meses y durante la etapa de diseño del programa se le recomendó al Departamento de Trabajo que garantizara que todas las notificaciones escritas fueran en el idioma principal indicado por el solicitante, pero no se atendió.

Además, cuando las organizaciones no saben qué problema tiene un solicitante, estas no tienen una línea directa de ayuda por lo que han tenido que crear canales de comunicación entre ellas para resolver problemas en conjunto o recibir sugerencias.

Cuando los aplicantes tienen algún problema diligenciando la aplicación y llaman a la línea directa de ayuda (877-662-4886) y piden una cita, luego esas citas no son atendidas y los aplicantes se quedan esperando la llamada.

Este tipo de problemas, el no poder ingresar de nuevo a la aplicación generada y el afán por aplicar lo antes posible han hecho que varios aplicantes abran una segunda plantilla con lo cual pueden poner en riesgo su aplicación al programa y las organizaciones ya están advirtiendo de esto a sus miembros. El domingo 23 de agosto, el DOL anunció que “ha encontrado varias situaciones de solicitudes duplicadas en las que los solicitantes, sin saberlo, crearon nuevas cuentas cuando intentaban simplemente reanudar su solicitud original o responder a una petición de información adicional”.

Otra de las recomendaciones que se hicieron durante la etapa de diseño del fondo fue proporcionar opciones de ayuda en persona y videoconferencias individuales para la asistencia en la solicitud en todo el estado, pero esta medida tampoco ha sido adoptada.

Algunas organizaciones reportan haber tenido problemas para subir documentos pesados en PDF a la plataforma y en otros casos, el sistema solicita los mismos o más documentos que no figuraban como requeridos. Por ejemplo, si se usó la licencia de conducción como prueba de residencia, entonces el aplicante recibe un mensaje indicando que necesita la licencia como prueba de identidad, aunque ya había sido cargada.

Por otro lado, las organizaciones le pidieron al Departamento de Trabajo que presentara reportes de progreso para tener una idea clara sobre cómo el fondo estaba siendo distribuído ya que los fondos se distribuirán por orden de llegada y no quieren que algunas áreas del estado queden rezagadas.

Las directoras ejecutivas de Healthy Community Alliance y Huntington Family Centers, que operan en el área occidental y central del estado respectivamente, dicen que hasta hace unos días empezaron las actividades de divulgación en sus comunidades.

Las organizaciones también pidieron al departamento que se les diera información sobre cuántos solicitantes obtuvieron beneficios y en qué niveles, así como cuántos fueron rechazados, pero la entidad no ha proveído esta información. City Limits se ha comunicado por varias semanas con el departamento y tampoco obtuvo esta información.

“Es demasiado prematuro publicar datos sobre el programa, ya que acaba de lanzarse el 1 de agosto”, respondió varias veces por correo electrónico el Departamento de Trabajo. Entre las organizaciones se habla de 10.000 personas hasta el momento.

Horas después de haber aplicado al fondo, Bravo está entusiasmado y espera que la suma que reciba sea más que suficiente para pagar los más de $8.000 dólares que ha acumulado en deudas para mantenerse a flote durante la pandemia.

“Yo tuve que recurrir a mis amigos para pedir prestado”, dice Bravo. “Hay gastos que no paran: cuotas del carro, el seguro, la gasolina, comida para el bebé, ropa. Además tengo una familia que ayudar en Guatemala”.

El viernes 20 de agosto, el Departamento de Trabajo informó en su cuenta de Facebook que el primer grupo de solicitantes han sido aprobados para recibir pagos.