Artistas latinos reportan: mayores pérdidas económicas, mayor desempleo, en mayor medida han visto su salud o la de su familia afectada directamente por el coronavirus y un mayor porcentaje no tienen seguro médico.

Latino artists and COVID

Adi Talwar

Martha Nora Zárate-Alvarez, fundadora y directora artística de Mazarte Dance Company practicando con su equipo en Central Park en un frío domingo de diciembre de 2020.

Es claro que la pandemia ha afectado desproporcionadamente a latinos, pero lo que no se sabía con tanta claridad es que esta misma premisa se traslada también al campo de las artes, en donde los artistas latinos han sido impactados desproporcionadamente por la pandemia. 

Los artistas latinos no solo reportan mayores pérdidas económicas si no que también tienen mayores índices de desempleo debido a la pandemia, son quienes en mayor número no cuentan con seguro médico, quienes en mayor medida han visto su salud o la de su familia afectada directamente por el coronavirus y quienes reportan mayores responsabilidades familiares o sociales que impactan su habilidad de hacer cosas creativas.

Todos estos impactos diferenciados se conocen ahora gracias a información preliminar obtenida por City Limits de encuestas realizadas por Americans for the Arts en alianza con Artist Relief, organizaciones que desde inicios de abril han estado tomando el pulso a artistas individuales y trabajadores creativos a nivel nacional, estatal y local.

Impacto diferenciado a nivel nacional

De acuerdo con la encuesta, a nivel nacional el 70 por ciento de los artistas Latinos han quedado totalmente desempleados debido al COVID-19, en comparación con el 60 por ciento de los artistas blancos. Adicionalmente, el 80 por ciento de los artistas latinos han experimentado un aumento de los gastos imprevistos, en comparación con el 64 por ciento de los artistas blancos.

Es claro que la pandemia ha reducido más de la mitad de los ingresos esperados para 2020 para todos los artistas. Ambos grupos han visto una enorme caída en los ingresos (58.3 por ciento para los latinos y del 57.5 por ciento para los blancos), aunque a nivel nacional los artistas blancos esperaban ganar más que los artistas latinos en 2020: $40.000 versus $36.000 dólares, respectivamente.

La pandemia también ha golpeado los ahorros de los artistas. El 66 por ciento de los artistas latinos reportó no tener ningún ahorro en este momento, comparado con el 48 por ciento de los artistas blancos. Antes de la pandemia el panorama era otro. El 35 por ciento de los artistas latinos no contaba con ahorros, comparado con el 24 por ciento de los artistas blancos.

“Diré que, con seguridad, la pandemia ha afectado de manera desproporcionada a los artistas Latinos, ya que sus familias y comunidades han sido las más afectadas”, reconoce Rocío Aranda-Alvarado, quien es oficial del programa creatividad y libre expresión en la fundación Ford.

Al mismo tiempo, como lo muestran las tendencias nacionales, los latinos en general —y en esto los artistas no son la excepción—, tienen tasas más altas de población sin seguro médico. Casi la mitad (53 por ciento) de los artistas latinos tienen un seguro médico integral, en comparación con el 73 por ciento de los artistas blancos.

“Los artistas estaban luchando antes de la pandemia, y ahora es más“, dice Marta Moreno Vega, fundadora de Caribbean Cultural Center African Diaspora Institute y actualmente presidente y fundadora de Creative Justice Initiative (CJI, por sus siglas en inglés), una organización que está abogando por la financiación equitativa de las organizaciones culturales en el país.

De acuerdo con Moreno Vega, la pandemia, el asesinato de George Floyd y el movimiento Black Lives Matter “han traído el tema del racismo a la mesa y los datos además muestran que las grandes instituciones [culturales] contratan a más personas blancas, especialmente cuando se trata de posiciones de liderazgo de alto nivel y miembros de la junta”.

Así que no solo los artistas latinos han sido golpeados de forma desproporcionada por la pandemia, sino que también han sido excluidos históricamente de los altos cargos en organizaciones culturales y sumado a esto, como lo resaltaron tanto Moreno Vega como Aranda-Alvarado, las instituciones culturales de latinos han recibido menos dinero recientemente.

Según Hispanics in Philanthropy, la financiación de fundaciones culturales para Latinos cayó más del 60 por ciento en cuatro años, de un poco más de $40 millones de dólares en 2013 a $15.5 millones de dólares en 2017. En contraste, de acuerdo con el estudio del Instituto DeVos de 2015 sobre la diversidad en las artes a nivel nacional, “las 20 organizaciones [culturales] más grandes tienen un presupuesto medio de $61 millones de dólares; las 20 organizaciones [culturales] más grandes de color tienen un presupuesto medio de $3.8 millones de dólares”, es decir, existe una brecha presupuestal enorme de más o menos 16 veces.

Por años se han publicado informes resaltando las desigualdades de financiación en el sector de las artes y un estudio de 2017 encontraba que “el 60 por ciento de la financiación de las artes va al 2 por ciento de las instituciones culturales” centradas principalmente en las tradiciones de las bellas artes de Europa Occidental y sus públicos siguen siendo predominantemente blancos y de altos ingresos. Por otro lado, “las personas de color representan el 37 por ciento de la población, pero solo el 4 por ciento de toda la financiación de las artes de las fundaciones se asigna a grupos cuya misión principal es servir a las comunidades de color”, dice el informe.

El tamaño importa

Dependiendo del tamaño de las organizaciones culturales a nivel nacional se puede predecir casi que linealmente qué organizaciones están en mayor riesgo de cerrar por completo. De acuerdo con los datos obtenidos de la encuesta realizada por Americans for the Arts mientras más pequeña la organización mayor la probabilidad de cierre definitivo de esta.


El porcentaje que no confía en que su organización sobrevivirá a la pandemia

Presupuesto de la organización% a nivel nacional
Menos de $100.0004%
$100.000 – $249.9993%
$250.000 – $499.9992%
$500.000 – $999.9991%
$1.000.000 – $.999.9991%
$5.000.000 – $9.999.9990%
$10.000.000 o más0%
Fuente: Americans for the Arts

Sin embargo, lo que prevén las organizaciones culturales tanto en el estado como en la ciudad de Nueva York varía un poco de la tendencia nacional, ya que no sigue de forma lineal la predicción nacional. Esto no niega el hecho de que las organizaciones culturales más pequeñas hayan sufrido un impacto desproporcionado.

En junio, por ejemplo, se sabía que las organizaciones culturales en la ciudad de Nueva York consideradas como pequeñas (con presupuestos menores a $250.000 dólares) han sido las más afectadas por el impacto de la pandemia, en relación con sus cifras financieras anuales. En los primeros meses de la pandemia, incurrieron en pérdidas relativas que variaron entre el 20 por ciento y el 30 por ciento de los ingresos anuales e incurrieron en gastos imprevistos equivalentes a alrededor de 20 por ciento de los gastos anuales.

Por otro lado, “las organizaciones más grandes incurrieron en pérdidas de ingresos de aproximadamente el 15 por ciento de los ingresos operativos anuales y gastos no anticipados equivalentes a aproximadamente el 2 por ciento de los gastos anuales”, dice el reporte del departamento de asuntos culturales de Nueva York.


El porcentaje que no confía en que su organización sobrevivirá a la pandemia

Presupuesto de la organizaciónEn el estado de NYEn la ciudad de NY
Menos de $100.0003%3%
$100.000 – $249.9992%2%
$250.000 – $499.9992%2%
$500.000 – $999.9992%1%
$1.000.000 – $.999.9992%2%
$5.000.000 – $9.999.9990%0%
$10.000.000 o más0%0%
Fuente: Americans for the Arts

Estas pérdidas que describe el informe de junio fueron solo el principio de la gran crisis en las organizaciones culturales tanto grandes como pequeñas en Nueva York. Luego de que terminara el año fiscal de junio 2019 a junio 2020, muchas organizaciones vieron mayores recortes en sus presupuestos.

Para mostrar el contraste con cifras más actualizadas, la organización Ballet Hispánico, organización que cumplió de 50 años de trayectoria y que fue seleccionada como parte de los “Tesoros Culturales de América” de la Fundación Ford, “pasó de ser una organización de $7 millones de dólares a una de $3 millones de dólares”, reconoce Eduardo Vilaro, director y CEO de Ballet Hispánico. Esto quiere decir una reducción mayor al 50 por ciento.

Por otro lado, una organización como Mazarte Dance Company, que realiza danzas tradicionales mexicanas en Nueva York, pasó de ser una organización $30.000 dólares a una de un poco menos de $10.000 dólares en 2020 —$6.000 de ellos vinieron de subvenciones—, para una reducción total del presupuesto en 2020 del 66 por ciento. 

“No sabemos cómo va a ser el 2021, esperamos lo mejor pero es muy complicado”, dice Martha Zárate-Alvarez, directora artística de Mazarte Dance Company.

“Algunas compañías cobran por sus clases, nosotros no”, aclara Zárate-Alvarez. “Estamos en el mismo barco con mi comunidad que es principalmente del sur del Bronx. Sabemos que muchos de los familiares de los niños con los que trabajamos han muerto, así que ¿cómo puedo cobrar por esto que hago? Si puedo ayudar, entonces lo haré”.

Zárate-Alvarez ha visto que algunos de los niños y niñas a los que imparte clases virtuales están solos en sus casas mientras sus padres trabajan.

Otras organizaciones como Mano a Mano: Mexican Culture Without Borders, que promueven las tradiciones mexicanas a través de las artes y la cultura y que tenía un presupuesto anual de unos $250.000 dólares, vieron desaparecer por completo el 30 por ciento de su presupuesto porque se cancelaron las tres principales actividades que realizaban: eventos públicos, visitas a colegios y presentaciones artísticas en eventos privados.

“Ahora que estamos planeando el 2021 no tenemos mucho”, dice Juan Aguirre, director ejecutivo de Mano a Mano. “La conversación difícil ocurre de puertas para adentro. Nos preguntamos ¿vamos a mantenernos abiertos o no? Hemos pagado el alquiler hasta ahora y el de diciembre de este año, pero solo hemos asegurado el 20 por ciento del presupuesto de 2021”.

Aguirre cree que “nos llevaría de 2 a 3 años llegar a donde estábamos antes”.

Organizaciones con presupuestos por encima del millón de dólares como Pregones/Puerto Rican Traveling Theater (Teatro ambulante puertorriqueño), han corrido con un poco más de suerte y no han visto reducciones presupuestales tan drásticas.

“La pandemia forzó una caída del 8 por ciento en el presupuesto operativo de Pregones/PRTT para el año fiscal 2020. Perdimos por lo menos $272.000 dólares de ingresos de taquilla y alquileres no realizados hasta el 30 de junio, más otros $15.000 de donaciones no realizadas para nuestra campaña de ayuda a los artistas en Puerto Rico”, escribe por correo electrónico Arnaldo J. López director general de la organización.

A pesar de las reducciones, “pagamos todos los contratos [artistas y técnicos] en su totalidad, independientemente del aplazamiento/cancelación del evento, y distribuimos $100.000 dólares adicionales en apoyo a los creativos de color de las subvenciones de emergencia del COVID-19. Nuestro presupuesto para el año fiscal 2021 es un 10 por ciento menos que la proyección inicial pre-coronavirus”, dice López por teléfono.

El panorama que teme Brandon Lorenz, director nacional de comunicaciones y política pública de la organización Actors’ Equity Association (Asociación para la Equidad de los Actores), es que los teatros que se centran en contar las historias de las personas de color habrán sido “menos capaces de sobrevivir al cierre que las instituciones predominantemente blancas (resultado de la disparidad establecida desde hace tiempo en el acceso a la financiación pública, las grandes donaciones, etc.), y su salida dará lugar a la pérdida de puestos de trabajo que probablemente habrían empleado a trabajadores de identidades marginadas”, responde por correo electrónico.

Impacto desproporcionado en Nueva York

Tanto en el estado de Nueva York como en la ciudad de Nueva York se repite la historia del impacto desproporcionado entre los artistas latinos. Por ejemplo, hay una clara disparidad entre los gastos imprevistos (81 por ciento para artistas latinos frente a 64 por ciento con blancos), el porcentaje de artistas latinos sin ahorro alguno (63 por ciento frente al 48 por ciento de los artistas blancos), la afectación de la salud de los artistas latinos o de su familia (35 por ciento versus 15 por ciento para los artistas blancos), y entre los salarios esperados para artistas latinos y blancos en 2020 antes que se desatara la pandemia: $36.000 versus $46.000, respectivamente.

En teatro, por ejemplo, “puedo decirles que desde 2016 a 2019 los miembros de Latinx Equity tendieron a ganar menos que el promedio de los salarios ofrecidos para estos cinco trabajos [actor principal de teatro, actor principal de música, actor de coro, director de escena y asistente de director de escena], tanto en la ciudad de Nueva York como a nivel nacional”, dice Lorenz. 

“La única excepción”, agrega, “fueron los actores principales de los musicales en todo el país, donde tendían a ganar muy ligeramente por encima de la media”.

Además, el desempleo entre los artistas latinos que viven en la ciudad de Nueva York fue de 78 por ciento, es decir, un poco mayor a lo que registraba el índice nacional (70 por ciento) entre artistas latinos.

“En mi caso se cayeron 12 conciertos que tenía programados, iba a ir a Londres en el verano para presentar una obra y llevo ocho meses sin generar mayores ingresos”, reconoce Mauricio Martínez, actor y cantante que participó en el musical de Broadway On Your Feet!. “Me he mantenido con mis ahorros, dando master clases y conciertos virtuales”.

Para mantenerse en Nueva York, la actriz Claudia Mulet, quien lleva actuando en Broadway tres años, ha vuelto a editar y a producir vídeos al mismo tiempo que ha ido gastando lo ahorrado en dos años de tour con el musical On Your Feet!

Como lo resaltó Mulet, sigue siendo una constante la brecha de salarios entre géneros y esta se manifiesta tanto entre artistas latinos como blancos. “Sé que es eso es algo que ha pasado. Los hombres sí ganan más, incluso en producciones donde hay Latinos”, dice Mulet por teléfono y quien ha visto una reducción en sus ingresos del 75 por ciento.

A pesar de toda esta serie de dificultades, un mayor porcentaje de artistas latinos reporta estar usando su práctica creativa para atender las necesidades de su comunidad: 79 por ciento versus 73 por ciento de artistas blancos a nivel nacional y 76 por ciento de artistas latinos versus el 70 por ciento de los artistas blancos en la ciudad de Nueva York. Al mismo tiempo, más artistas latinos reportaron un aumento en las responsabilidades familiares o sociales que impactan su habilidad para hacer trabajo: 44 por ciento frente a 36 por ciento.

Preguntas por resolver y falta de información detallada 

“Sabemos que las comunidades de color han sido las más afectadas por la pandemia, y nuestra encuesta sobre COVID-19 de organizaciones culturales de principios de este año mostró que los grupos más pequeños, basados en la comunidad, también han sufrido más. Esto sugiere que los artistas y grupos artísticos Latinx han sido desproporcionadamente afectados, junto con sus vecinos afroamericanos”, responde por correo electrónico Gonzalo Casals, comisionado de asuntos culturales de la ciudad de Nueva York.

Ahora que se sabe que hay un impacto desproporcionado que se puede disgregar en múltiples aspectos, aún quedan muchas preguntas sin resolver. Por ejemplo, ¿por qué exactamente los artistas latinos tienen un desempleo más alto? ¿Será porque las organizaciones de artistas de color tienden a ser más pequeñás y a emplear a más artistas de color?

Por ejemplo, de las más de 1.000 organizaciones que el departamento de asuntos culturales de la ciudad de Nueva York financia cada año, 500 de ellas tienen presupuestos anuales de $250.000 dólares o menos.

Adicionalmente, hace falta información sobre cómo la pandemia ha afectado a los artistas latinos y de color tanto a nivel nacional como local.

La Fundación Ford está actualmente trabajando con el Laundromat Project y MuseumHUE en una investigación para ver cómo los artistas y organizaciones de artistas de color han sido afectados por la pandemia en la ciudad de Nueva York, “pero esta investigación todavía está por venir y probablemente no estará disponible hasta el próximo año”, dice Aranda-Alvarado. El problema es que esto no permitiría saber cuál es el diagnóstico de la situación actual.

“En general, los gobiernos, los estados y las estructuras locales necesitan este tipo de información para crear políticas y leyes”, dice Arivel Figueroa, asistente de producción en Dance/NYC. “Los datos demográficos específicos (como la raza, la nacionalidad, el género, la discapacidad, etc.) en todos los datos relacionados con las organizaciones artísticas y/o la obra artística individual, no sólo sirven para definir las necesidades de una comunidad específica, sino para igualar a un sector que a menudo ha estado dominado y dirigido por personas blancas y mayoritariamente masculinas”.

Dance/NYC también está realizando una encuesta para obtener más datos sobre el impacto de la pandemia en organizaciones artísticas y entre artistas individuales.

La situación actual es nefasta y se teme también lo que puede desencadenar. Por ejemplo, que los teatros que sobrevivan la pandemia puedan empezar a “caracterizar las historias de y sobre personas marginadas como ‘arriesgadas’ y se negarían a producirlas mientras intentan reconstruir su solvencia con un público que refleje la gran audiencia del teatro en marcha: hombres y mujeres blancos, mayores de 60 años”, dice Lorenz.