A medida que más inmigrantes y solicitantes de asilo llegan a la ciudad de Nueva York, también lo han hecho más menores no acompañados, afirmaron defensores y funcionarios municipales durante una reciente audiencia.
Este artículo se publicó originalmente en inglés el 18 de octubre. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.
Algunos llegaron siendo niños. Otros llegaron siendo adolescentes, algunos sin documentación alguna. Otros utilizaron pasaportes que mostraban que eran mayores de edad, incluso cuando no lo eran, simplemente para poder subir a un avión, dejar a sus familias o países con problemas y entrar solos a los Estados Unidos.
Los miembros del Concejo Municipal escucharon estas historias durante una audiencia celebrada el martes sobre los menores inmigrantes no acompañados en Estados Unidos y la ciudad de Nueva York, organizada conjuntamente por el Comité de Inmigración y el Comité de de Infancia y Juventud del Concejo.
Por lo general, cuando los menores cruzan la frontera y se encuentran con funcionarios de inmigración, se les designa como menores no acompañados (UA o UAC por sus siglas en inglés) y se les coloca en albergues de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (Office of Refugee Resettlement u ORR por sus siglas en inglés), que forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. La ORR debe ocuparse de los menores no acompañados hasta que se les asigne un patrocinador, que puede ser un progenitor o un familiar, mientras se tramitan sus casos de inmigración.
Según la concejal Alexa Avilés, presidenta del Comité de Inmigración del Concejo de la ciudad, entre el 1 de octubre de 2023 y el 30 de junio de 2024, la ciudad de Nueva York recibió 2.873 niños no acompañados a familias patrocinadoras.
“Queremos asegurarnos de que la ciudad no olvide las lecciones del pasado”, dijo Avilés, en referencia a la Unaccompanied Minors Initiative (Iniciativa de Menores No Acompañados) del Concejo, puesta en marcha en 2014 para ofrecer representación legal a los menores que huían de la violencia en Centroamérica.
“Los defensores han señalado que siguen existiendo vacíos en los servicios para los jóvenes inmigrantes que llegan a Estados Unidos como menores no acompañados”, señaló durante la audiencia.
Según Sierra Kraft, directora ejecutiva de la coalición Immigrant Children Advocates Relief Effort (ICARE por sus siglas en inglés), los menores suelen enfrentarse solos a los jueces, porque no tienen derecho a representación en el tribunal de inmigración.
“Hace poco me senté en un tribunal de inmigración y vi a dos hermanos pequeños de El Salvador —de 2 y 6 años— sentados en una mesa ante un juez, de los que se esperaba que se representaran a sí mismos”, dijo Kraft durante la audiencia.
“El juez les concedió un aplazamiento e instó a la familia a que buscara un abogado, advirtiéndoles de que sin uno, probablemente se ordenaría la expulsión de los niños. Después de la corte, hablé con la familia y me dijeron que llevaban casi un año buscando un abogado”, añadió ella.
La coalición pidió que se aumente la financiación de las siete organizaciones de servicios jurídicos que ofrecen representación gratuita a los menores no acompañados que se enfrentan a la deportación en la ciudad de Nueva York.
“Los niños apoyados por los abogados de ICARE tienen una tasa de éxito superior al 90 por ciento, lo que les da una oportunidad real de quedarse y labrarse un futuro brillante aquí en Nueva York”, declaró Kraft.
Defensores y funcionarios municipales reconocieron durante la audiencia que, a medida que ha aumentado el número de inmigrantes y solicitantes de asilo que llegan a la ciudad de Nueva York, también lo ha hecho el número de menores no acompañados.
El número de menores que necesitan servicios jurídicos también ha aumentado, dijo Kraft, pero la financiación ha sido la misma por cinco años.
“A pesar del aumento de las listas de espera y de la abrumadora demanda, nos aprobaron una cantidad muy inferior a la necesaria para cubrir todas las necesidades”, dijo Kraft.
Si bien el gobierno federal es el principal responsable de las políticas y procedimientos establecidos para garantizar la liberación segura de los menores no acompañados en la ORR, hay otros jóvenes migrantes necesitados que viven en la ciudad.
Según el último reporte de gestión del Alcalde, el número de niños que entraron en hogares de acogida aumentó un 8 por ciento en el año fiscal 2024. Ese crecimiento fue impulsado por un aumento en las peticiones de menores en situación de desamparo, que ocurren cuando la Administración de Servicios para la Infancia (ACS por sus siglas en inglés) determina que el padre o cuidador de un niño no está disponible o no es capaz de proporcionar suficiente cuidado, y que el niño tiene necesidades insatisfechas.
El repunte fue “en parte atribuible a un aumento de los jóvenes migrantes en la ciudad de Nueva York sin conexiones familiares en la zona”, dice el reporte. Los funcionarios de la ACS dijeron que este número se ha cuadruplicado en los últimos dos años: de 58 niños y jóvenes en peticiones de menores en situación de desamparo en 2022, a 80 en 2023, a 239 al 31 de agosto de 2024.
La ACS no rastrea si un niño es migrante porque el sistema de registro del estado no proporciona esa información, dijo un portavoz en un correo electrónico a City Limits.
Aunque la agencia sí hace un seguimiento del número de jóvenes que son remitidos para representación legal en inmigración, y unos 500 niños con asuntos de inmigración están actualmente en el sistema, dijo un portavoz de la ACS.
Sin embargo, defensores y concejales se quejaron de que algunos jóvenes inmigrantes no están recibiendo los servicios de la ACS.
Kimberly Schertz, abogada del departamento de derechos de menores de Legal Aid Society, dijo a City Limits que algunos menores de 18 años están entrando en el país con documentos legales que dicen que son mayores de 18 años, una novedad.
“Estamos viendo cómo la ACS cuestiona la edad de los jóvenes como base para negarles la atención”, dijo Schertz.
“Creemos que un factor que contribuye a ello es la historia de adultización de los varones negros africanos”, añadió Schertz. “También creemos que los jóvenes que nos llegan son sólo la punta del iceberg”.
Cuando se le preguntó, la ACS dijo que, en estos casos, evalúa la edad basándose tanto en una conversación con el joven como en una revisión de documentos como pasaportes, certificados de nacimiento, registros de Seguridad Nacional, identificaciones de la ciudad de Nueva York y otras identificaciones gubernamentales.
Sin embargo, Schertz dijo que la ACS no da la importancia adecuada a las declaraciones de los jóvenes y, de forma inconsistente da crédito a algunos documentos mientras que descarta otros.
Cuando se le pidió que especificara cuántos puntos daba cada documentos aceptado, la ACS no facilitó información concreta. “La voz de los jóvenes es una prioridad absoluta para ACS y escuchar a los jóvenes es una parte fundamental de todo nuestro trabajo”, dijo un portavoz.
La ACS tampoco especificó cuántos migrantes con un pasaporte que indicaba que tenían 18 años habían sido aceptados como menores, ni cuántos estaban siendo evaluados, pero dijo que estos casos empezaron a verse a finales de 2023.
“Desafortunadamente, el hecho de que un joven cuente con un defensor bien informado parece ser el elemento más crucial para que el joven quede bajo el cuidado de la ACS”, dijo Schertz. “Esto es particularmente preocupante para los jóvenes que se acercan a los 18 años y pueden no ser capaces de acceder a un defensor a tiempo antes de que envejezcan fuera de la jurisdicción del Tribunal de Familia para escuchar su petición de niño en situación de desamparo”.
Los inmigrantes menores de 18 años, así como los menores de 21, pueden optar a una serie de estatutos de inmigración, como clasificación de Jóvenes Inmigrantes Especiales (SIJ, para inmigrantes menores de 21 años), los visados T (para víctimas de la trata de seres humanos) o el asilo.
La Oficina de Operaciones para Solicitantes de Asilo (OASO por sus siglas en inglés) de la ciudad ha estado ayudando a algunos jóvenes inmigrantes a presentar solicitudes SIJ, dijo un representante durante la audiencia, pero utilizando un modelo “pro se”, en el que los abogados ofrecen asesoramiento, pero la persona sigue siendo en gran parte abandonado a sus propios recursos en la corte.
“Estábamos interesados en hacer un piloto para ver si podíamos atender estos casos”, dijo Masha Gindler, directora ejecutiva del Centro de navegación de recursos para solicitantes de asilo (AAHC por sus siglas en inglés), detallando que han presentado 39 solicitudes SIJ para inmigrantes mayores de 18 años, y dos han sido aprobadas.
La alcaldía dijo que, siempre que es posible, los inmigrantes que cumplen los requisitos de solicitudes SIJ son remitidos a organizaciones comunitarias que se ocupan de este tipo de casos, pero que muchas de ellas no aceptan referidos cuando faltan menos de 14 meses para que el inmigrante cumpla 21 años. La iniciativa es un esfuerzo continuo, dijeron los funcionarios, y la ciudad revisará las denegaciones a medida que lleguen.
Durante la audiencia, la concejal Avilés expresó su preocupación y cuestionó la idoneidad de utilizar el modelo pro se (del latín que significa “en nombre propio”) para los casos de SIJ.
“Pretender utilizar un modelo que sabemos que no funciona para esta población, utilizar una métrica de cuántas peticiones de solicitantes has podido presentar, no está bien”, dijo Avilés, tras las respuestas de Gindler durante la audiencia.
“Se trata de recursos municipales que debemos invertir adecuadamente para proteger y apoyar a las personas”, añadió ella. “Si sabemos que esto no va a funcionar a largo plazo, invertir en ello porque hicimos un montón de solicitudes, no tiene ningún sentido para mí”.
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