Puerto Rico lleva más de dos décadas bregando con una crisis en el sistema de salud, sus instituciones hospitalarias y recientemente la pandemia de COVID, y en 2022 hubo unas 3.300 muertes en exceso, un aumento histórico en las muertes en la isla.

Michael Appleton/Mayoral Photography Office

Un pueblo a las afueras de Cabo Rojo, Puerto Rico, dañado por el huracán Fiona en 2022.

En Puerto Rico, a juzgar por el alto número de muertes relacionadas con el COVID, la pandemia parece no haber terminado.

Pese a que en 2022 ya existían varias vacunas, se había desarrollado la vacuna bivalente, había mejor conocimiento sobre tratamientos y medicamentos para aliviar, el 60 por ciento de las muertes en exceso en la isla fueron impulsadas por el COVID-19, reveló una investigación del Centro de Periodismo Investigativo (CPI) y The Washington Post.

A través de una recopilación de datos sobre muertes en exceso y entrevistas, los medios encontraron que en Puerto Rico hubo unas 3.300 muertes en exceso en 2022, una cifra que supera las 2.975 vidas perdidas tras el paso del huracán María en 2017


Las muertes récord en la isla, también tuvieron otras causas como condiciones cardiovasculares, sobredosis de sustancias, enfermedades renales, del sistema nervioso y endocrinas.

Sumado a esto, Puerto Rico lleva más de dos décadas bregando con una crisis en el sistema de salud y sus instituciones hospitalarias que ha llevado a la pérdida de más de la mitad de sus médicos y a la bancarrota a cinco hospitales entre 2022 y 2023.

Una de las especialidades más afectadas es la cardiología, aún cuando las enfermedades cardíacas están entre las de mayor prevalencia entre la población y la mortalidad por estos problemas aumentó 12 por ciento en 2022, según el análisis del CPI y del Post.

La falta de cardiólogos es tan acentuada en la isla que ocupa el último lugar con menor proporción de estos especialista por número de habitantes de todas las jurisdicciones de los Estados Unidos: uno por cada 17.500 adultos, seguido de lejos por Wyoming donde hay un cardiólogo por cada 12.700 adultos, mientras que el promedio en el país es de uno por cada 7.000 adultos.

Así que para hablar sobre lo que ocurrió en la isla el año pasado, la difícil situación y la investigación, invitamos a dos de las autoras del reporte:  Omaya Sosa Pascual, cofundadora y periodista del CPI, y a Jeniffer Wiscovitch, periodista del CPI.

Más detalles en nuestra conversación a continuación.

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