Fuentes familiarizadas con el plan dicen que la ciudad busca abrir 950 camas de refugio en sitios administrados por docenas de organizaciones religiosas en los próximos meses.

Adi Talwar

Inmigrantes que llegaron a la ciudad de Nueva York en uno de los tres autobuses desde Texas en agosto de 2022.

Este artículo apareció originalmente en inglés el 25 de mayo. Translated by Daniel Parra.
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La ciudad está en conversaciones para alojar a inmigrantes solicitantes de asilo en lugares gestionados por 50 centros religiosos de diversas confesiones en los cinco distritos, brindando refugio a unas 950 personas en los próximos meses, según ha conocido City Limits.

La ciudad está en conversaciones para albergar a inmigrantes solicitantes de asilo en sitios administrados por 50 centros de culto de varias denominaciones en los cinco condados, brindando refugio a unas 950 personas en los próximos meses, según pudo saber City Limits.

El posible contrato de dos años con las organizaciones religiosas, encabezado por New York Disaster Interfaith Services (NYDIS por sus siglas en inglés), es el esfuerzo más reciente de la administración del alcalde Eric Adams para encontrar lugares para albergar a más de 44,000 solicitantes de asilo que actualmente se encuentran bajo el cuidado de la ciudad, de los más de 73.000 que han llegado a la ciudad desde el año pasado.

La oficina de Manejo de emergencias de la Ciudad de Nueva York (NYC Emergency Management), que ha estado coordinando parte de la respuesta de la ciudad, refirió City Limits a la oficina de prensa del alcalde, pero esta no comentó.

La ciudad de Nueva York ya utiliza una pequeña cantidad de “camas en centros religiosos” donde durmieron 36 personas el 23 de mayo por la noche, según los datos más recientes del censo de personas sin hogar. La ciudad se ha asociado durante mucho tiempo con una coalición de organizaciones religiosas, conocida como Emergency Shelter Network (Red de albergues de emergencia), para ofrecer una alternativa a los grandes albergues municipales, especialmente en tiempos de crisis.

Su uso se redujo durante el mandato del alcalde Michael Bloomberg, y algunos consideran un potencial desaprovechado para aumentar la capacidad de acogida, ya que la ciudad se esfuerza ahora por abrir centros para alojar a los nuevos inmigrantes que llegan, con una media de 602 personas al día. La actual administración ha convertido más de 150 hoteles en refugios de emergencia en respuesta a la crisis humanitaria de los últimos meses, y ha trasladado en autobús a solicitantes de asilo a condados situados fuera de los cinco condados.

“Creo que la iglesia puede hacer más”, dijo Félix Cepeda, un activista católico y exjesuita en la República Dominicana, que lleva tiempo pidiendo que las iglesias de la ciudad ofrezcan refugio a los inmigrantes.

Joseph Zwilling, portavoz de la archidiócesis de Nueva York, dijo a City Limits por correo electrónico que la archidiócesis ha mantenido conversaciones con la ciudad sobre el posible uso de ciertas propiedades parroquiales para alojar a inmigrantes recién llegados, pero no dio más detalles. Así que no está claro si esas conversaciones están relacionadas con el mismo contrato que se está considerando para NYDIS.

La posible ampliación de camas en centros religiosos se produce en un momento en que el alcalde Adams solicita permiso judicial para modificar la política de derecho a refugio de la ciudad de Nueva York, que se aplica desde hace décadas y proporciona una red de seguridad básica al permitir el acceso a un refugio a cualquier persona que necesite un lugar donde pasar la noche.

Los defensores de las personas sin hogar criticaron la medida, pero el alcalde Adams la defendió y dijo que la ciudad “no puede por sí sola proporcionar atención a todos los que cruzan nuestra frontera”. La ciudad tiene ahora más solicitantes de asilo que neoyorquinos sin hogar cuando asumió el cargo por primera vez, dijo Adams, quien ha estado presionando al gobierno federal para obtener apoyo financiero adicional.

Las iglesias, especialmente las iglesias católicas, tienen cientos de espacios alrededor de la ciudad que podrían adaptarse para acomodar a las personas, dijo el reverendo Juan Carlos Ruiz, pastor de la Iglesia Luterana del Buen Pastor en Bay Ridge.

Ruiz dijo que escuchó sobre la iniciativa de otros líderes religiosos, pero no estaba interesado en que su propia iglesia participara. “No veo un plan que diga cómo van a salir adelante estas personas después de un año”, dijo Ruiz, insistiendo en la necesidad de que los inmigrantes accedan a programas de vivienda estable en la ciudad en lugar de refugio temporal.

Desde abril las partes implicadas en las conversaciones sobre el contrato —NYDIS, junto con Interfaith Center of New York y Project Hospitality— han estado distribuyendo un formulario a las organizaciones religiosas de la ciudad para determinar si sus instalaciones cumplen los requisitos para servir de refugio. Los centros deben contar con un guardia de seguridad, un coordinador de refugios, baños y duchas, así como catres, sábanas, toallas, y cumplir los requisitos del código de edificación y seguridad contra incendios de la ciudad. 

“El costo por solicitante de asilo por noche es de menos de la mitad en comparación con los hoteles”, dijo la reverenda Chloe Breyer, directora ejecutiva de Interfaith Center of New York, quien escribió un artículo de opinión en el Daily New a principios de este año pidiendo a la ciudad que involucrara a más organizaciones religiosas en la respuesta a la crisis.

El director de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la ciudad de Nueva York, Jacques Jiha, dijo durante una rueda de prensa la semana pasada que la ciudad está gastando un promedio de $380 por día por cada solicitante de asilo que recibe servicios en los albergues de la ciudad y centros humanitarios de emergencias humanitarias y socorro (HERRC por sus siglas en inglés).

Fuentes familiarizadas con las discusiones dijeron que los centros de acogida en los centros religiosos sólo funcionarán durante la noche, de 7 a. m. a 7 p. m. Durante el día, los “hospitality centers” (centros de hospitalidad), con al menos uno por condado, proporcionarán comida, duchas, acceso a servicios jurídicos, distribución de ropa y actividades recreativas.

Según Breyer, los refugios religiosos albergarían a los solicitantes de asilo en entornos no congregados con servicios culturalmente competentes, lo que podría atraer a los neoyorquinos sin hogar que desconfían de las instalaciones para grupos más grandes en el sistema de refugio tradicional.

“Es el primer programa de este tipo y busca brindar algo de dignidad”, dijo Breyer.