En el primer trimestre de este año, el Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador (DCWP por sus siglas en inglés) de la ciudad emitió 414 multas a vendedores ambulantes en la ciudad. Desde el 1 de abril el Departamento de Sanidad (DSNY por sus siglas en inglés) empezó a hacerse cargo de estas funciones.

Adi Talwar

Este artículo apareció originalmente en inglés. Translated by Daniel Parra.
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Después de dos años al mando, el Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador (DCWP por sus siglas en inglés) terminó su rol como agencia civil de inspección de los vendedores ambulantes en la ciudad el 31 de marzo. A partir del 1 de abril, el Departamento de Sanidad (DSNY por sus siglas en inglés) tomó las riendas, parte del último cambio del alcalde Eric Adams hacia una aplicación más estricta de las ventas no reguladas.


Cuando la noticia salió a la luz, los vendedores ambulantes y sus defensores criticaron la decisión de la alcaldía, diciendo que podría penalizar aún más a los vendedores, quienes fueron multados en mayor medida en 2022, y la mayoría de estas multas fueron emitidas por la policía de Nueva York (NYPD por sus siglas en inglés), a pesar de los llamados por sacar a la policía del proceso.

Durante una audiencia del Concejo Municipal a fines de marzo, la comisionada del DCWP, Vilda Vera Mayuga, sugirió que la agencia no estaba equipada para hacer cumplir las leyes de venta ambulante, citando desafíos operativos como no recibir identificación de los vendedores y, en algunos casos, enfrentar agresión y violencia.

Los funcionarios del DCWP además informaron que emitieron 3.300 infracciones a vendedores en 2022. Pero solo 1.804 de esas terminaron siendo multas, porque los vendedores se negaron a dar su nombre e identificación. 

“DCWP es una agencia puramente civil”, dijo Michael Lanza, portavoz de DCWP, a City Limits.

“Los inspectores de DCWP son civiles y no pueden obligar a las personas a proporcionar una identificación”, continuó Laza. “Los inspectores no pueden emitir una multa a una persona que no proporciona una identificación”.

En el primer trimestre de este año, el último con el DCWP a cargo, el departamento emitió 414 multas a vendedores ambulantes. Un aumento en comparación con el mismo trimestre del año pasado, cuando emitió 352 multas. Entre los cinco códigos postales con más multas este trimestre hay barrios de clase trabajadora y con alta población inmigrante, como Mott Haven y Jackson Heights, y otros como Tribeca, Hell’s Kitchen/Times Square y el Upper West Side.

Códigos postales con más quejasNúmero de quejasCódigos postales con más inspeccionesNúmero de inspeccionesCódigos postales con más multasNúmero de multas
10036120104551081003646
1000490113721041137229
113728811220751001919
100357510036711001317
100196811368571045517

Códigos postales con más quejas, inspecciones y multas a vendedores ambulantes en 2023, según el DCWP

“Hemos visto este patrón antes”, dijo Mohamed Attia, director del Proyecto de Vendedores Ambulantes (Street Vendor Project o SVP por sus siglas en inglés), refiriéndose a la mayor aplicación de la ley en las comunidades inmigrantes en los últimos años, como previamente informó City Limits.

Los códigos postales más inspeccionados en los últimos tres meses incluyeron vecindarios en Mott Haven, Jackson Heights, Sunset Park y Corona, que en conjunto representaron el 27 por ciento de todas las inspecciones este año (1,276). Hell’s Kitchen/Times Square también encabezó la lista.

Como el departamento ha declarado anteriormente, el DCWP realiza inspecciones en áreas donde los vendedores operan con frecuencia y en respuesta a las quejas recibidas. Pero en el caso de Mott Haven, en el código postal 10455, solo recibieron dos quejas en el primer trimestre del año, pero fue inspeccionado 118 veces, lo que representa casi la mitad de todas las inspecciones del Bronx este trimestre.

DCWP explicó que el Distrito de Mejora Comercial (Business Improvement Districts o BID por sus siglas en inglés) del área llamado Third Avenue BID y la Junta Comunitaria del vecindario presentaron quejas directamente a la agencia sobre venta en el área alrededor de Third Avenue y 149th Street conocida como “The Hub”, por lo que el departamento inspeccionó semanalmente el área.

“La venta ambulante, tanto en cumplimiento como en incumplimiento de la ley, [ha] creado un impacto en la seguridad pública, la congestión, las aceras y el desarrollo económico en los minoristas tradicionales”, dijo Michael Brady, director ejecutivo del BID de Third Avenue, calificando el sistema de regulaciones de venta de la ciudad como “quebrado”.

“En la ciudad de Nueva York faltan puestos de vendedores ambulantes, licencias y permisos, el desarrollo de un plan sostenible para compartir la carga fiscal y un conducto para trasladar a los vendedores ambulantes a las tiendas físicas”, dijo. “La cosa ha evolucionado con vendedores honrados que hacen lo correcto para sí mismos y para la ciudad y otros vendedores que son abusivos y utilizan la venta ambulante para la venta ilícita de drogas y bienes robados”.

Attia, quien dirige la organización de vendedores más grande de la ciudad con unos 2.900 miembros, dijo que el argumento sobre venta de drogas y bienes robados se ha utilizado durante años para deslegitimar y estigmatizar a los vendedores, pero según su experiencia, esto es algo inusual.

Los vendedores que operan sin un permiso, dijo él, lo hacen porque hay un límite en el número de permisos disponibles. Se espera que la ciudad emita el primer lote de licencias en algún momento de este año, aunque el plan está retrasado.

“Lo único ‘ilegal’ que están haciendo es no tener el permiso requerido, porque no pueden acceder a uno”, dijo Attia.