Adi Talwar

Sorybel, una madre soltera, que perdió sus dos trabajos debido a la pandemia, había estado buscando ayuda de emergencia para inmigrantes. Encontró una organización donde postularse viendo Telemundo.

Leidy, madre soltera con cuatro hijos, desempleada desde finales de febrero e inmigrante indocumentada quien prefirió no revelar su apellido, tardó más de dos meses en encontrar una de las 30 organizaciones que estaba entregando la ayuda de emergencia para inmigrantes de la ciudad de Nueva York.

“Yo escuché al alcalde dando la noticia [de la creación del fondo llamado en inglés: New York City COVID-19 Immigrant Emergency Relief Program] en televisión y desde el día siguiente empecé a llamar a las organizaciones que conocía”, dice Leidy.

Este fondo de $20 millones de dólares donados por la fundación Open Society, fue anunciado públicamente a mediados de abril por la alcaldía. El objetivo del programa era entregar ayudas económicas de $400 dólares por persona o hasta $1.000 dólares por familia, a personas indocumentadas excluidas del paquete de ayuda del programa federal. Sin embargo, beneficiarios y algunas de las organizaciones de base comunitaria (CBO por sus siglas en inglés) señalan que este programa ha fallado en términos de transparencia. Hasta el momento no se sabe el nombre de todas las CBO que fueron seleccionadas por la ciudad para distribuir estos fondos, así que muchos inmigrantes no tuvieron información sobre dónde aplicar a un programa que debía beneficiarlos y que se encuentra en la etapa final de ejecución. Otros estados y ciudades optaron por hacer esta información sobre sus fondos para indocumentados abierta y pública.

Como no hubo claridad acerca de qué organizaciones estaban distribuyendo el dinero, City Limits ha estado contactado organizaciones para que entender cómo se desarrolló este programa y ha podido confirmar los nombres de 12 de las 30 organizaciones seleccionadas por la ciudad: Northern Manhattan Coalition for Immigrant Rights, African Communities Together, Alianza Ecuatoriana, La Colmena, el Centro de Trabajadores de Lavandería (Laundry Worker Center), The Street Vendor Project, Make the Road New York, Chhaya CDC, Catholic Charities (que recibió alrededor de $1.5 millones), Bronx Works, Arab American Association of New York y New Immigrant Community Empowerment (NICE).

Leidy: ¿Tenía que ser tan difícil?

“Yo me sentía como perdida, como desorientada porque no había información por más que buscara en internet no sabía a dónde aplicar o a quién llamar”, dice Leidy quien perdió su trabajo limpiando hogares.

Leidy hizo docenas de llamadas a las 10 organizaciones que ella sabía que trabajaban con personas indocumentadas. Envío también docenas de mensajes de texto, correos electrónicos y hasta intentó por mensajes internos por Facebook, “pero recibía respuestas automáticas”.

“Fue desalentador no saber nada”, dice Leidy. Llamaba a las organizaciones pero nadie le confirmaba si la organización había sido seleccionada por la alcaldía para distribuir los fondos a los inmigrantes. “Fue muy difícil tratar de buscar. Continúe mis llamadas, fue como una lucha constante”.

Una de las organizaciones que Leidy había llamado era Northern Manhattan Coalition for Immigrant Rights (NMCIR por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro. Según Alba Lucero Villa, directora ejecutiva, en cuanto confirmaron con la alcaldía que habían sido seleccionados la organización dio a conocer la noticia entre sus clientes y además entre aquellas personas que hacían fila para recibir alimentos, algo que la organización no había hecho antes. Villa fue entrevista por Telemundo para hablar sobre el programa en junio.

Después de esa entrevista, “recibimos 3.400 llamadas en las siguientes 24 horas”, dice Villa por teléfono.

Luego de más de dos meses buscando información, Leidy vio la entrevista y llamó a NMCIR. “Les dije que en la entrevista decían que estaban entregando la ayuda”, dice Leidy. Una funcionaria de NMCIR le dijo a Leidy que le darían prioridad a los clientes de la organización, sin embargo, como ella había llamado antes, su nombre se encontraba en la lista de espera. “En menos de dos días me llamaron a decirme que había sido seleccionada”, dice Leidy.

La tarjeta débito cargada con $1.000 dólares le llegó por correo a Leidy al final de junio. Ella es una de las personas que creen que el proceso pudo haber sido más transparente, que se debió haber dicho públicamente qué organizaciones estaban distribuyendo los fondos y así evitar todo el trabajo de búsqueda por cerca de dos meses, así como la incertidumbre durante el proceso. 

“Como cuando juegas a la lotería, si no se gana pues queda la tranquilidad de haberlo intentado”, dice Leidy.

Sorybel: cuando la montaña no va a Mahoma …

Sorybel, madre soltera, quien perdió sus dos empleos por la pandemia y quien prefirió no revelar su apellido, también estaba en la búsqueda de la ayuda de emergencia para inmigrantes desde que se enteró que existía.

“Hay que estar detrás de la montaña, persiguiéndola”, dice Sorybel aludiendo a un dicho popular: si la montaña no va Mahoma, Mahoma va a la montaña.

Al igual que Leidy, en cuanto Sorybel vio la entrevista de Villa en Telemundo, llamó y envió mensajes para aplicar al fondo. Ella también fue añadida a la lista de espera.

“Los indocumentados tienen que luchar mucho en este país y contribuimos con impuestos, consumimos, creamos empleos y ¿cómo nos van a ignorar?”, dice Sorybel.

Hace dos semanas Sorybel recibió la tarjeta con $1.000 dólares. La NMCIR calcula que podrá distribuirlas a un poco más de 800 personas y para hacerlo tiene hasta el 15 de julio. Entre marzo y mayo, NMCIR había creado una lista con 1.800 personas buscando ayuda pero luego de la entrevista con Telemundo, la organización tuvo que crear otra lista con 3.400 personas más, lo que quiere decir que los fondos de emergencia para inmigrantes ya están asignados en esta organización.

Organizaciones como African Communities Together, Alianza Ecuatoriana, La Colmena, el Centro de Trabajadores de Lavandería (Laundry Worker Center), y Street Vendor Project también han seleccionado a las personas que recibirán las tarjetas.

African Communities Together, por ejemplo, recibió $400.000 dólares en tarjetas y calculan distribuirlas a un poco más de 400 familias. Más de 600 personas han aplicado por estas. Según Amaha Kassa, fundador y director ejecutivo, desde el 3 de junio recibieron las tarjetas y ya han distribuido la mayoría de ellas entre los que son y no miembros de la organización.

La organización La Colmena recibió $1 millón de dólares en tarjetas para distribuir, pero como le sucede a todas las organizaciones, “comparado con el número de personas que tenemos no es nada”, dice Yesenia Mata, directora ejecutiva de la organización. Las tarjetas se han distribuido entre aquellos que son y no son miembros y en este momento están finalizando la selección de los beneficiarios.

La Colmena fue otra de las organizaciones que optó por dar la noticia a través de los medios de comunicación en una nota de NY1 News

“Cuando fuimos seleccionados, le dejamos saber a la comunidad. Nos gusta ser transparentes”, dice Mata. Al igual que la NMCIR, la Colmena tiene hasta el 15 de julio para distribuir las tarjetas.

El Centro de Trabajadores de Lavandería (Laundry Worker Center) también ya ha recibido el desembolso y las tarjetas, sin embargo, la organización no quiso compartir cuánto dinero había recibido. Con este fondo planean cubrir alrededor de 200 personas y todos los beneficiarios ya han sido seleccionados.

Otra organización que no quiso compartir la suma de dinero recibido para distribuir fue Street Vendor Project. Según Mohamed Attia, director, calculan que 300 personas se beneficiarán y la distribución de las tarjetas empezó dos semanas atrás. Su estrategia de distribución se centró en “nuestros miembros y solo a [nuestra] red”, responde por correo electrónico Attia.

Alianza Ecuatoriana Internacional ya ha empezado a entregar las tarjetas. La organización tiene más o menos 150 personas seleccionadas. Durante las largas filas de personas que van a recibir alimentos, dice Walter Sinche, director ejecutivo de la organización, se han presentado problemas con personas que, en medio del desespero de no saber cómo aplicar por los fondos, han ido a demandar dinero de forma agresiva.

“Es feo que nos señalen mal. La desesperación lleva a decir cosas que no se deben decir y es feo. Todos los días viene alguien a demandar dinero. El otro día vino una persona de Argentina a decir que ‘de aquí no me muevo hasta que me den el dinero’”, dice Sinche.

No solo quienes han recibido las ayudas, sino también muchas otras personas que no supieron dónde ir se han quejado de la falta de transparencia por parte de la oficina del alcalde de asuntos de inmigrantes (MOIA, por sus siglas en inglés) al negarse a hacer público el listado de las organizaciones que fueron seleccionadas para distribuir los fondos.

Luis, por ejemplo, un trabajador indocumentado con cuatro hijos, uno de ellos recién nacido y quien debe cerca de $4 mil dólares en renta, estuvo pendiente de la noticia desde abril cuando se anunció la creación del fondo pero su destino fue diferente. Él llamó a cuatro organizaciones pero no recibió información.

Otras de las preguntas que City Limits recibió fueron “somos muchos los que aún no tenemos información de ¿cómo conseguir un alivio económico?” de Jessica, quien trabajaba en un salón de belleza. “Dijeron que iban ayudar y dar información. Ahora resulta que todas las organizaciones tienen cupo lleno y los que no nos hemos inscrito ¿dónde quedamos?”, escribió María.

Laine Romero-Alston, manager de la iniciativa de inmigración internacional de la OSF, dice que en el proceso de desarrollo como en la distribución de este programa “hemos confiado plenamente en la oficina del alcalde [MOIA] y en la CBOs”. 

Sin embargo, la decisión de no hacer pública la información afectó la posibilidad para que inmigrantes que no pertenecen a organizaciones pudieran aplicar. El lunes pasado, por ejemplo, tras una llamada a City Limits, Luis se enteró que la mayoría de las personas ya habían sido seleccionadas por las organizaciones y que el proyecto se encontraba en la fase final de ejecución.

Al lunes 6 de julio, 8.593 o el 96 por ciento de todas los chequeos de elegibilidad (screenings) hasta ese momento eran de personas que cumplían con los criterios de vivir en la ciudad, no haber recibido ayuda federal ni poder aplicar por seguro de desempleo. Los elegidos representan 170 códigos postales y han venido de 101 países, siendo los diez primeros en orden descendente: México, Ecuador, Colombia, China, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Haití, El Salvador y Venezuela. El objetivo que se propuso el alcalde de con este programa era llegar hasta 20.000 trabajadores indocumentados y sus familias afectadas por la pérdida de empleo, pero aún no se conoce el número final de beneficiarios.

De todas las organizaciones que respondieron, Chhaya CDC es la única que tiene abierta inscripciones en su página web esta semana (del 6 al 10 de julio). La organización ya recibió los $520.000 dólares, las tarjetas débito y calcula que podrá beneficiar a un poco más de 900 personas. La selección la harán por orden de llegada y como muchas organizaciones, han optado por no circular esta información más allá de su red de miembros.

Francisco: ventajas de pertenecer a una organización

Francisco, soltero, quien llegó en 2003 a Nueva York, vive bajo el mismo techo con ocho de sus familiares: tres hermanas, cada una con un hijo más los dos hijos de sus sobrinas.

“Ninguna de ellas está trabajando. Yo soy el hombre de la casa y trabajaba en construcción hasta antes de la pandemia”, dice Francisco.

Francisco, al igual que muchos, se enteró que existía el fondo de emergencia para inmigrantes en abril, pero a diferencia de Luis, Sorybel y Leidy, él no tuvo que pasar meses buscando información porque es miembro y voluntario de NICE desde hace más de 10 años. En mayo la organización le anunció a sus miembros que había sido seleccionada por la alcaldía, así que Francisco aplicó y semanas después recibió la tarjeta con $400 dólares.

NICE fue una de las primeras organizaciones en saber que era parte de las CBO seleccionadas por la ciudad. Al igual que Make the Road New York, Catholic Charities, Bronx Works y Arab American Association of New York no respondieron a nuestras preguntas.

Hasta la fecha no se ha dado a conocer públicamente los nombres de todas las organizaciones seleccionadas, así como tampoco los nombres de las 20 organizaciones que referían personas. Se cree que todos los fondos se terminarán de distribuir este mes y por esto ya no se están refiriendo a personas para aplicar a este fondo.

En entrevista con City Limits Bitta Mostofi, comisionada de MOIA, tampoco quiso revelar los nombres de las organizaciones, y señaló que ella “cree que el programa fue transparente y justo”, dice Mostofi.

Según la comisionada la información no se hizo pública intencionalmente ya que no se quería que las CBO se vieran abrumadas por las solicitudes de personas que necesitan este auxilio. “La asistencia en efectivo es crítica para ellos y la necesidad es enorme”, dice Mostofi.

Según Mostofi todos los programas ya recibieron los fondos y esto por lo visto quiere decir que la mayoría de beneficiarios ya han sido seleccionados.

“Es un verdadero desafío establecer un sistema que reconozca la capacidad y los recursos limitados y la necesidad histórica y sin precedentes”, dice Romero-Alston, para quien estas decisiones se tomaron para proteger a los beneficiarios, a la ciudad y a las organizaciones que hicieron parte de posibles impugnaciones legales.

Según Attia, “lo que resulta inmoral es que el alcalde pretenda que un programa de $20 millones de dólares financiado privadamente es adecuado para apoyar a los más de 500.000 inmigrantes indocumentados de la ciudad de Nueva York, muchos de los cuales son trabajadores esenciales en la primera línea de lucha contra la pandemia. Esto simplemente no es suficiente, y si la ciudad de Nueva York quiere llamarse a sí misma una ciudad santuario, tiene que estar a la altura del título apoyando a todos sus residentes —cientos de miles de los cuales han estado sin ayuda durante más de 3 meses—”. 

Tanto para Attia, como para la mayoría de las organizaciones comunitarias que respondieron a City Limits, esta situación es desesperada. Por lo pronto no hay atisbo de un fondo creado por el estado de Nueva York, ni de la ciudad y mucho menos a nivel federal. MOIA dice que están trabajando a nivel estatal y federal, por ejemplo, “abogando por HEROES Act”, dice Mostofi, quien agrega que han tenido reuniones informativas con organizaciones filantrópicas.

“Es justo decir que esto no es suficiente”, reconoce Romero-Alston. La conclusión, según Attia, “es que el programa de emergencia para inmigrantes sólo sirve al 3 por ciento de la población indocumentada de nuestra ciudad”.