En Nueva York, acumular riqueza es mucho más difícil para los neoyorquinos latinos y negros, según un reciente informe de la Fundación Robin Hood.

Este artículo se publicó originalmente en inglés el 6 de febrero. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.

Todo el mundo ha oído decir que plata llama plata, pero la brecha en la riqueza también llama más desigualdad.

En la ciudad de Nueva York, acumular riqueza es mucho más difícil para los neoyorquinos latinos y negros, según un reciente reporte de la Fundación Robin Hood*, que analizó datos extraídos del Poverty Tracker del grupo, un proyecto, en colaboración con la Universidad de Columbia, que encuesta periódicamente a una “muestra representativa” de residentes de la ciudad.

La riqueza se crea de varias formas y se calcula sumando todos los activos que posee una persona y restando todas sus deudas. Según el informe, la riqueza media de los neoyorquinos latinos es de $0 dólares, seguida de la de los neoyorquinos negros, $2.800 dólares, y la de los neoyorquinos asiáticos, $43.100 dólares, mientras que la riqueza media de los residentes blancos es de $320.000 dólares.

Si bien existe desigualdad de riqueza en las principales ciudades del país, la concentración de riqueza es especialmente grave en Nueva York, explicaron los expertos, y está estrechamente relacionada con el elevado coste de la vivienda. Según el informe, casi la mitad de los neoyorquinos blancos son propietarios de una vivienda, mientras que sólo el 28 por ciento de neoyorquinos negros y el 16 por ciento de latinos lo son.

La brecha en la propiedad de la vivienda es aún mayor en otros estudios. Por ejemplo, los investigadores del Urban Institute calculan que sólo el 12 por ciento de los neoyorquinos negros son dueños de su hogar aunque representan el 20 por ciento de la población. Los latinos representan el 26 por ciento de la población pero sólo el 11 por ciento son dueños.

El 54 por ciento de los neoyorquinos blancos, por el contrario, son dueños de vivienda pese a que representan el 36 por ciento de la población de la ciudad.

Andre M. Perry, investigador y director del Center for Community Uplift del Brookings Institution, afirmó que la riqueza está muy influida por factores históricos que se acumulan a lo largo de generaciones. “La historia es vital para la riqueza”, explicó Perry.

“Los negros y las personas de color están subiendo peldaños en la escala económica en términos de ingresos, porque la educación está mejorando, la gente adquiere experiencia y las oportunidades se traducen en mayores ingresos”, añadió. “Pero cuando se habla de riqueza, hay que tener en cuenta lo que ha ocurrido en el pasado, y sabemos que había normas y leyes que prohibían y/o estrangulaban o restringían la riqueza”.

Mientras que la desigualdad en los saalarios ha disminuido a nivel nacional, explicaron los expertos, la desigualdad racial de la riqueza no lo ha hecho. “En realidad, la brecha ha ido creciendo durante las últimas cuatro décadas”, afirmó Madeline Brown, del Urban Institute.

A nivel nacional, “en 1983, la riqueza media de las familias blancas era unos $320.000 dólares superior a la riqueza media de las familias negras y latinas”, explicó Brown por correo electrónico. “Para 2022, la riqueza media de las familias blancas era más de ($1.4 millones de dólares), un millón de dólares superior a la de las familias negras ($211.596 dólares) y latinas ($227.544 dólares)”.

Mientras que las familias negras y latinas han aumentado en general su riqueza en las últimas cuatro décadas, impulsadas en gran medida por la propiedad de la vivienda, las disparidades han seguido creciendo porque la gran mayoría de la riqueza en el país está en manos de familias blancas, dicen los expertos.

“Nueva York destaca en este sentido, porque es duro vivir en Nueva York, y es más duro si no se es propietario”, añadió Perry.

La “carrera de la rata” en Nueva York

Bertha Chalar, solicitante de asilo colombiana, se dio cuenta que entre los bajos salarios y los elevados alquileres en la ciudad, era muy difícil ahorrar dinero y no había forma de crear un patrimonio para ella, su marido y sus dos hijos.

“Caemos en la carrera de rata: vivir para trabajar y no trabajar para vivir”, dijo Chalar, de 31 años. “Aquí la gente sacrifica algo: vivir amontonado o comer mal“.

Chalar y su marido encontraron trabajo y pudieron abandonar el sistema de refugios pocos meses después de llegar a la ciudad en 2021. Pero la guardería de su hijo menor seguía siendo demasiado cara. Así que en los últimos meses ha estado trabajando en el largo y complicado proceso de abrir una guardería propia.

“La única forma es emprender”, dijo Chalar en una reciente llamada telefónica con City Limits, con su hijo de fondo. “Si nos quedamos esperando un aumento en el trabajo, no va a llegar. Y si llega, no es mucho”.

Según el reporte de Robin Hood, sólo el 7 por ciento de los neoyorquinos negros y latinos tienen otros activos, como un negocio, frente al 24 por ciento de los blancos.

Para poner en marcha su propio negocio, explica Chalar, tuvo que dar muchos pasos: obtener un número de identificación personal del contribuyente (ITIN por sus siglas en inglés), abrir una cuenta bancaria, aumentar su puntuación crediticia y completar un programa de finanzas con Ariva, una organización de justicia económica e inclusión financiera en el Bronx.

“Esta es la única forma, y no vivir el día a día“, dijo Chalar. “Sueño con tener mi casa propia, ayudar a mi mamá en Colombia. Me da dolor no dar. Ahora estoy enfocada en nuestra familia”.

En lo que respecta a la propiedad de la vivienda en la ciudad, el racismo histórico alimentó las disparidades e infravaloró los barrios predominantemente negros y latinos. Además, los neoyorquinos negros y latinos se han enfrentado a la discriminación en los préstamos hipotecarios, al tiempo que pagaban interés más altos y recibían mayores tasas de rechazo, explicaron los expertos.

“Redlining (préstamos hipotecarios injustos), las cláusulas que prohibieron la compra de propiedad basada en etnia/raza y otras prácticas discriminatorias han impedido a las comunidades no blancas de Estados Unidos acceder a una de las vías más fiables para la creación de riqueza: la propiedad de una vivienda”, afirmó Richard Buery Jr. CEO de la Fundación Robin Hood.

“Además, los barrios densamente poblados por minorías fueron a menudo objeto de las políticas de renovación urbana del siglo XX —como la construcción de autopistas interestatales atravesando barrios como el sur del Bronx—, que provocaron desplazamientos generalizados y la caída en picada del valor de las propiedades”, añadió Buery.

Según el informe, el valor medio de los inmuebles de los propietarios blancos es aproximadamente el doble que el de los propietarios negros; 1.5 veces el de los latinos y 1.2 veces el de asiáticos.

Bienes procedentes de múltiples fuentes

Adicionalmente, los hogares blancos de todo el país acumulan riqueza a partir de una mayor diversidad de bienes que los hogares negros y latinos. Según el informe, sólo el 7 por ciento de los latinos y el 8 por ciento de los neoyorquinos negros han alcanzado una riqueza superior a $500.000 dólares. En comparación, cerca del 48 por ciento de los residentes blancos tienen este nivel de riqueza en la ciudad.

“El aumento de la riqueza media de los hogares blancos ha venido de múltiples fuentes, entre ellas los activos empresariales y las propiedades de alquiler, mientras que las ganancias de los hogares negros y latinos han procedido en su inmensa mayoría del valor neto de la vivienda”, afirmó Joseph Dean, especialista en investigación económica racial de la National Community Reinvestment Coalition.

En la ciudad de Nueva York se ve esta misma tendencia. “Los neoyorquinos negros y latinos tienen menos probabilidades de poseer la mayoría de los tipos de activos que los neoyorquinos asiáticos y blancos”, dice el informe de Robin Hood.

Una vez más, el pasado y lo que se hereda son cruciales, insistió Perry. “Si has recibido una transferencia de riqueza intergeneracional, simplemente tienes más recursos para invertir. Y por eso vemos que quienes invierten en la bolsa en general tienen mayores niveles de riqueza”, afirmó.

Anastasia Koutavas, analista de investigación del Centro de pobreza y política social de la escuela de trabajo social de Columbia y una de las autoras del informe, explicó que los niveles de riqueza también ayudan a protegerse contra la inestabilidad económica y financiera.

“Los bienes pueden respaldar tus deudas”, dijo Koutavas, “por lo que los bienes no sólo ayudan a contribuir a los niveles de riqueza, sino que también ayudan a prevenir contra los choques económicos y financieros”.

Según el informe, algo más de la mitad (54 por ciento) de los latinos de la ciudad no tienen al menos $2.500 dólares en activos fácilmente disponibles; el 38 por ciento de los neoyorquinos negros se encuentran en la misma situación, mientras que este es el caso para el 13 por ciento de los blancos.

Un factor a tener en cuenta es lo que los analistas denominan “pobreza económica”, es decir, cuando una persona no puede cubrir sus necesidades básicas durante tres meses. Los neoyorquinos asiáticos tienen aproximadamente 1.5 veces más probabilidades de sufrir pobreza económica que los blancos, los neoyorquinos negros más del doble y los neoyorquinos latinos más del triple.

La semana pasada, el alcalde Eric Adams anunció $41 millones de dólares adicionales para el programa de préstamo de HomeFirst de la ciudad, que proporciona hasta $100.000 dólares para la cuota inicial o los gastos de cierre para quienes compran vivienda por primera vez. También amplió esta ayuda a las personas y familias con ingresos moderados que ganen hasta el 120 por ciento de la renta media de la zona (hasta $167.760 dólares al año para una familia de tres miembros).

El Departamento de Preservación y Desarrollo de la Vivienda de la ciudad de Nueva York, que gestiona el programa, no facilitó a City Limits datos sobre raza/etnia o los ingresos de las personas que han recibido esta ayuda desde que se creó el programa.

Ampliar la propiedad de la vivienda a través de este programa fue una de las primeras recomendaciones del reporte de Robin Hood para reducir la brecha de riqueza racial en la ciudad.

El informe también enumera propuestas como el refuerzo de las prácticas de préstamo justas, “ideas innovadoras como los Fideicomisos Comunitarios de Tierras o un Banco Público que conceda préstamos con bajo interés”, así como unos sólidos Créditos tributarios por hijos y Crédito tributario por ingresos del trabajo.

*Robin Hood está entre los financiadores de City Limits.

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