Durante los últimos cinco años fiscales, las solicitudes de servicios de traducción por teléfono que fueron respondidas por la Language Line (línea de asistencia en traducción de idiomas) de la ciudad o con un intérprete in situ aumentaron más de cinco veces en el sistema de refugios del Departamento de Servicios para Personas sin Hogar, saltando de 18,660 en 2020 a 107,083 en 2024.
Este artículo se publicó originalmente en inglés el 19 de septiembre. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.
El número de personas que duermen en el sistema de albergues del Departamento de Servicios para Personas sin Hogar (DHS por sus siglas en inglés) se ha disparado en los últimos dos años, con un aumento del 30 por ciento respecto al año pasado y un 89 por ciento en comparación con el final del año fiscal 2022.
Los nuevos datos, incluidos en el último reporte de gestión del Alcalde publicado esta semana, muestran que hubo 86.000 personas en albergues del DHS durante el año fiscal que terminó en junio.
El aumento se debe principalmente a la llegada de más de 210.000 inmigrantes y solicitantes de asilo a la ciudad en los últimos dos años, decenas de miles de los cuales permanecen en refugios del DHS y refugios de emergencia gestionados por otras agencias de la ciudad, aunque con límites de tiempo en sus estancias.
Los solicitantes de asilo representan por sí solos el 37 por ciento de la población de los albergues del DHS, la mayoría de ellos son familias con niños, al tiempo que suponen la mayor parte del crecimiento, el 79 por ciento, desde 2022, según los datos del informe.
A medida que el sistema de refugios del DHS ha crecido, más personas buscan traductores. Durante los últimos cinco años fiscales, las solicitudes completadas para traducción por teléfono con la línea de asistencia en traducción de idiomas de la ciudad o con un intérprete in situ aumentaron más de cinco veces en el sistema de refugios del DHS, saltando de 18,660 en 2020 a 107,083 en 2024.
“Nótese que el número de solicitudes únicas de traducción, no están disponibles para los servicios de traducción en español in situ que se proporcionaron en una serie de instalaciones del DHS”, dice el informe. “Como resultado, los datos del año fiscal 2024 no reflejan el alcance completo de los servicios de traducción prestados por el DHS”.
Los defensores dicen que capturar la demanda total de este servicio es complicado porque hay muchas partes involucradas, como organizaciones pequeñas y grandes que brindan acceso a servicios de interpretación utilizando recursos del DHS o por su propia cuenta.
El DHS explicó que las personas en sus refugios tienen acceso a intérpretes in situ, personal bilingüe y una línea de asistencia en traducción de idiomas que ofrece servicios por teléfono.
A pesar del aumento de las solicitudes de servicios y del aumento del número de refugios en funcionamiento, un portavoz del DHS dijo que la agencia no ha visto un aumento en los tiempos de espera para acceder a los servicios de traducción.
Kathryn Kliff, abogada del Legal Aid Society, explicó que cuando la gente se pone en contacto con ellos para pedir ayuda, es porque no tuvieron acceso a un intérprete en absoluto, no porque tuvieran que esperar.
“Cuando surgen problemas en tiempo real con necesidades urgentes de los clientes, nosotros también los abordamos”, dijo Kliff. “Ellos [el DHS] intentan resolverlos, pero creo que hay muchas, muchas, muchas personas, que no cuentan necesariamente con un defensor”.
El DHS no dio información sobre qué idiomas han sido los más solicitados para quienes buscan traducción en refugios.
Pero los defensores y residentes de los refugios se han quejado de las barreras idiomáticas y la falta de acceso a intérpretes en los refugios para quienes hablan idiomas distintos al inglés y el español, con la llegada de más inmigrantes procedentes de África en el último año, especialmente del oeste del continente.
Durante una audiencia del Concejo en la primavera, cientos de personas se manifestaron por las barreras idiomáticas y la falta de programas de empleo y oportunidades de formación para quienes hablan lenguas como el árabe, el francés, el pulaar y el wolof.
Si bien hay opciones cuando se trata de comunicación verbal, cuando se trata de material escrito como cartas o avisos, la ciudad sólo está legalmente obligada —por la Ley Local 30— a traducir la información en los 10 idiomas más comunes en los cinco condados, además del inglés.
“Como la Ley Local 30 no cubre muchas de las necesidades lingüísticas a las que se enfrentan nuestros clientes, no se les obliga de la misma manera a proporcionar esos documentos”, explica Kliff.
“Esto realmente es una necesidad insatisfecha”, dijo Kliff. “Hay una necesidad de recursos adicionales para los clientes que hablan estos otros idiomas”.
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