“La imposibilidad de conseguir una cita para el asilo tiene profundas consecuencias en la vida de los migrantes”, afirma Sophie Bah Kouyate, gestora de servicios de African Communities Together. “Sin acceso a estas citas, los migrantes quedan a menudo en un estado de limbo, incapaces de obtener un estatuto legal o acceder a servicios esenciales”.
Este artículo se publicó originalmente en inglés el 11 de septiembre. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.
En una fresca mañana de finales de agosto, los inmigrantes llegaban al Centro de navegación de recursos para solicitantes de asilo (AAHC por sus siglas en inglés), se reunían junto a la escalera y esperaban a ser llamados.
El personal del lugar se asomaba a la puerta y preguntaba a la siguiente persona por qué estaba allí. Los motivos eran variados: algunos inmigrantes trataban de resolver dudas sencillas sobre cómo cambiar la dirección en el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés), o averiguar cuándo empezaban las clases.
Para otros, había más en juego: habían programado citas para solicitar asilo, con carpetas de documentos cruciales bajo el brazo.
El AAHC, situado en el centro de Manhattan dentro de las instalaciones de la Cruz Roja Americana, ayuda a los nuevos inmigrantes neoyorquinos a completar y presentar solicitudes de asilo, estatus de protección temporal y autorización de trabajo desde 2023. Se han presentado más de 67.000 solicitudes de este tipo, según informaron funcionarios de la administración de Eric Adams la semana pasada, y en julio recibió un premio al servicio público de la American Bar Association.
“La ciudad de Nueva York ha hecho más que cualquier otra localidad del país para gestionar la crisis de los solicitantes de asilo, y una parte clave de ese trabajo es ayudar a nuestros recién llegados a dar sus siguientes pasos hacia la independencia ayudándoles a presentar las vitales y complicadas solicitudes de autorización de trabajo, TPS y asilo”, dijo entonces el alcalde Eric Adams en un comunicado.
Pero cumplir los requisitos para obtener una cita en el AAHC no es tan sencillo. Los inmigrantes deben estar en el sistema de albergues o haberlo abandonado recientemente, y deben tener derecho a autorización de trabajo, TPS o asilo, explicó la alcaldía.
Si bien el personal de los refugios son el canal principal para programar citas en el Centro de navegación de recursos para solicitantes de asilo de la ciudad, una red de organizaciones comunitarias y proveedores de servicios jurídicos también puede remitir casos de migrantes para aplicar por asilo.
“La ciudad reconoce que los proveedores de servicios comunitarios pueden encontrarse con residentes elegibles en refugios que no han podido hacer citas a través de su administrador de casos”, dice un conjunto de directrices de la Oficina de la Alcaldía para Asuntos del Inmigrante (MOIA por sus siglas en inglés). “Para solucionar esto, la alcaldía aceptará referidos para citas de organizaciones sin ánimo de lucro contratadas por la alcaldía”.
Sin embargo, esas directrices estipulan que estas organizaciones sólo pueden referir a inmigrantes que estén “a menos de 4 semanas de la fecha límite de presentación de su solicitud de un año”, dice un documento que resume las normas, obtenido por City Limits.
Según la ley federal, los inmigrantes que solicitan asilo deben presentar su solicitud en el plazo de un año desde su llegada más reciente a los Estados Unidos. Según el USCIS, si presentan el formulario después de un año, no podrán optar al asilo, salvo en determinadas circunstancias.
“NO remita a personas a las que les falten más de 4 semanas para cumplir el plazo de un año para la solicitud de asilo”, reitera el documento.
Sin embargo, para las organizaciones de base comunitaria que no disponen de un brazo legal para ayudar directamente a los inmigrantes con los que trabajan, esta restricción les ha impedido referir a los recién llegados, retrasando todas las ventajas económicas que conlleva la solicitud de asilo: solicitar un permiso de trabajo tras 150 días de haber enviado la solicitud, ser autosuficiente más rápidamente y optar a determinados programas públicos.
“Muchos experimentan un mayor estrés y ansiedad debido a la incertidumbre sobre su futuro y al miedo constante a ser detenidos o deportados”, afirma Sophie Bah Kouyate, gestora de servicios de African Communities Together, una de las varias organizaciones de base comunitaria de la red ASLAN —por sus siglas en inglés—, un grupo de proveedores contratados por la ciudad para prestar asistencia jurídica a los nuevos inmigrantes.
“La imposibilidad de trabajar legalmente obliga a algunos a aceptar empleos mal pagados e inestables, lo que puede acarrearles dificultades económicas y dificultar su manutención y la de sus familias. Esta situación también afecta a su salud mental, provocando sentimientos de desesperanza y depresión”, añadió Bah Kouyate.
Además, solicitar asilo puede afectar a la capacidad de un inmigrante para acceder a un refugio en la ciudad de Nueva York.
Tras un acuerdo legal alcanzado esta primavera, la ciudad ha dificultado que los migrantes adultos sin hijos prolonguen su estancia en los refugios más allá de los 30 o 60 días iniciales, alegando falta de espacio y recursos. Más de 64.000 migrantes se encuentran en el sistema de acogida de la ciudad después de que más de 210.000 llegaran a la ciudad en los últimos dos años.
Haber solicitado asilo es uno de los criterios que pueden hacer que una persona pase otra temporada en un albergue y, como reveló City Limits el mes pasado, también puede suponer una estancia más larga en un albergue: otros 60 días en lugar de 30.
La oficina de MOIA explicó que la directriz aplica a los proveedores que forman parte de la red ASLAN, así como a las siguientes iniciativas: ActionNYC (una línea telefónica de asistencia jurídica en materia de inmigración financiada por la ciudad), los sitios satélite (una red de organizaciones comunitarias que prestan servicios en los cinco condados), la Haitian Response Initiative (Iniciativa de Respuesta Haitiana que es un grupo de ocho organizaciones comunitarias que prestan servicios a los neoyorquinos de origen haitiano), los centros del Departamento de Servicios para Pequeñas empresas y los centros para jóvenes sin hogar del Departamento de Juventud y Desarrollo Comunitario de la ciudad de Nueva York.
“MOIA trabaja con socios comunitarios aprobados —contratados en virtud de los programas de la ciudad que figuran en el documento— para asegurarse de que están equipados para identificar y remitir a las personas elegibles al AAHC, cuando una persona no ha podido hacer una cita a través de su administrador de casos del refugio”, dijo el portavoz MOIA Shaina Coronel en un comunicado.
Cuando se le preguntó por qué las organizaciones de base comunitaria sólo podían remitir a personas que estuvieran a punto de cumplir el plazo de presentación del primer año, MOIA remitió las preguntas a la alcaldía, que a su vez dijo que las remisiones de las organizaciones son sólo una vía de las muchas existentes.
Pero las organizaciones de base comunitaria que hablaron con City Limits dijeron que los criterios les dejan pocas opciones cuando los clientes no están en el rango estipulado.
Los miembros de la red ASLAN, como New York Legal Assistance Group, que presta servicios jurídicos, dijeron que cuando migrantes recién llegados llaman a sus puertas los remiten a talleres “pro se”, una ayuda menos individualizada que la que se podría obtener en el AAHC, pero en la que los solicitantes pueden rellenar el papeleo por sí mismos bajo la supervisión del personal de la organización.
Por el contrario, las organizaciones de base comunitaria que no ofrecen servicios jurídicos y no pueden remitir a la persona al AAHC atienden la necesidad de la persona diciéndole que vuelva al refugio, si está en uno, y pida allí una cita al AAHC.
“La imposibilidad de conseguir una cita para el asilo tiene profundas consecuencias en la vida de los migrantes”, afirmó Bah Kouyate. “Sin acceso a estas citas, los migrantes quedan a menudo en un estado de limbo, incapaces de obtener un estatuto legal o acceder a servicios esenciales”.
La alcaldía no dió datos sobre cuántas remisiones de casos dentro del plazo de cuatro semanas han realizado las organizaciones que contratan con la ciudad.
Según los datos compartidos por la supervisora de la línea directa de ActionNYC, Elizabeta Markuci, entre junio de 2023 y junio de 2024, el programa recibió más de 50.000 llamadas sobre todo tipo de casos de inmigración. Durante ese tiempo, refirió 244 casos en el rango al AAHC.
Además, refirió a otras 2.900 personas a programas distintos del AAHC, como el servicio de ayuda a los tribunales de inmigrantes de Catholic Charities, que ofrece consultas sobre inmigración y representación legal a inmigrantes en los tribunales de inmigración de Nueva York.
Markuci, directora de servicios de atención telefónica, formación y desarrollo de políticas en la división de servicios a inmigrantes y refugiados de Catholic Charities Community Services, advirtió que los datos no ofrecen una imagen clara de la población recién llegada a la ciudad, ni de cuántos inmigrantes pueden haber llamado que no se acercaban al plazo de un año de llegada.
Aquella mañana de agosto afuera del AAHC, City Limits habló con varios inmigrantes que habían conseguido una cita. Algunos, como la colombiana Andrea, quien pidió que no se utilizara su nombre completo por miedo a poner en peligro su caso, dijeron que no había sido fácil y que había llevado varios meses.
“Hablé muchas veces en el refugio”, dijo refiriéndose al personal en las carpas para adultos migrantes en Randall’s Island donde se alojaba. “No hay gente disponible, me dijeron, venga otro día”.
Al venezolano Jesús Escalante, de 38 años, recibir una cita le había llevado menos de un mes. “En cuanto llegué, la gente del refugio de Queens me ayudó”, dijo Escalante.
Mientras tanto, los inmigrantes que llevan más tiempo fuera del sistema de acogida no pueden optar a los servicios del AAHC. Deben pagar ellos mismos los honorarios de un abogado o buscar organizaciones que presten servicios pro se.
Este fue un punto de discordia para los defensores de las personas sin hogar el mes pasado, tras conocer el plan municipal de desalojar un campamento de inmigrantes durmiendo a la intemperie en Randall’s Island, incluidos algunos cuyo plazo de acogida había expirado.
“Muchos clientes se han visto obligados a vivir a la intemperie porque el sistema de refugios no les ha ofrecido la ayuda que necesitan”, dijeron Legal Aid Society y la Coalition for the Homeless en una declaración conjunta antes de la retirada de campamentos prevista por la ciudad.
“Aunque podrían volver a entrar en el refugio después de completar una solicitud de asilo, la ciudad no les ha ofrecido un medio para acceder a las citas en el Centro de navegación de recursos para solicitantes de asilo, por lo que los clientes se quedan sin opciones de refugio seguro”, dijeron los grupos.
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