Si bien los inmigrantes y solicitantes de asilo pueden recibir correo en los refugios de la ciudad, muchos han tenido dificultades para localizar correspondencia importante, según proveedores de servicios jurídicos y defensores de inmigrantes, especialmente después de que la ciudad restringiera la duración de las estancias tanto para adultos como para familias con niños.
Este artículo se publicó originalmente en inglés el 22 de julio. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.
En junio, cuando Naykelis y su hijo tuvieron que mudarse del hotel convertido en refugio en Brownsville en el que llevaban ocho meses viviendo, le dijeron a ella que le guardarían su correspondencia por dos semanas.
Hacía ya varias semanas que esperaba que llegara por correo la información sobre su cita de servicios biométricos —requerida como parte de su solicitud de asilo afirmativo, en la que proporcionaría huellas dactilares, fotografías y firmas al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés).
Sin embargo, tras dos visitas al refugio de Brownsville —del cual tuvo que salir tras una disputa con el personal y mudarse a otro refugio en Greenwood Heights en Brooklyn—, le dijeron que no había nada para ella y que debía cambiar su dirección postal lo antes posible.
Así que volvió a la organización que le había ayudado a solicitar asilo, Central American Legal Assistance (CALA), y ellos llamaron a USCIS y confirmaron que la información de su cita había sido enviada al refugio de Brownsville.
“Antes no había tenido problemas” dijo Naykelis, quien pidió no revelar su apellido por temor a perjudicar su caso de inmigración. “La tarjeta medica que solicité, me llegó. Me llegaban facturas médicas”.
Si bien los inmigrantes pueden recibir correo en los refugios de la ciudad, los proveedores de servicios legales y los activistas dicen que muchos de ellos no están recibiendo correspondencia importante, sobre todo después de que la alcaldía empezara a restringir la duración de las estancias.
Las familias con niños están sujetas a límites de 60 días en refugios, tras los cuales tienen que volver a solicitar otra estadía. Los adultos y las parejas sin hijos pueden permanecer 30 o 60 días, dependiendo de su edad, tras lo cual deben demostrar que cumplen una serie de criterios específicos para obtener más tiempo.
Cuando se le preguntó, la alcaldía no especificó por cuánto tiempo guarda la correspondencia de los inmigrantes en un refugio después de que salen. Pero tanto los inmigrantes como los proveedores de servicios jurídicos explicaron que suele retenerse durante dos semanas después de que se produzca el traslado.
La ciudad dice que retiene lo que denominó como “correo de alta prioridad”, que es básicamente correspondencia de entidades gubernamentales (como documentos judiciales, prestaciones sociales o correspondencia legal) en sus refugios para inmigrantes, así como en la sede de la Cruz Roja Americana de Nueva York, donde la ciudad gestiona su Centro de Navegación de Recursos para Solicitudes de Asilo.
Sin embargo, las organizaciones que trabajan con inmigrantes recién llegados —incluidas las que forman parte de la Red de Asistencia Legal para Solicitantes de Asilo (ASLAN por sus siglas en inglés) que proporciona ayuda legal— han alertado de los problemas con la corresponcencia en los refugios de emergencia de la ciudad, más de 200 de los cuales se han abierto en los últimos dos años con la llegada de decenas de miles de nuevos inmigrantes a Nueva York.
UnLocal, que forma parte de una coalición de organizaciones legales de inmigración llamada Proyecto Pro Se Plus (PSPP por sus siglas en inglés), informó que más de 100 personas han llamado a sus puertas preguntando que no saben dónde o cómo encontrar su correspondencia.
Tania Mattos, directora ejecutiva interina de UnLocal, dijo que la organización ha trabajado con más de 600 migrantes en lo que va de año. “La mitad de ellos están en albergues. Y de ellos, alrededor del 80 por ciento se ven afectados por no recibir su correo”, dijo. “Y eso sólo nosotros”.
Otras organizaciones que ayudan con las solicitudes de asilo y los casos de inmigración que no forman parte de ASLAN (que recibe financiación de la ciudad) también reportaron que muchos de los que acuden en busca de ayuda lo hacen porque no están recibiendo correspondencia en sus refugios.
“Acá llegan personas diciendo: ‘Sí, presenté mi solicitud con inmigración, pero no he recibido nada'”, dijo Jairo Guzmán, director ejecutivo de la Coalición Mexicana. “Cuando nosotros llamamos, migración está diciendo que te enviaron esto. Y es la palabra del residente que está en ese shelter contra el trabajador del shelter”.
En el caso de Naykelis, después de que le dijeran dos veces en el refugio que no tenían correo para ella, decidió ir directamente al Centro de Apoyo de Solicitudes de USCIS en Manhattan el 25 de junio y explicar lo sucedido.
“Y me aceptaron”, dijo Naykelis con alegría. “Cuando llegué a la oficina, me dijeron que mi cita era para el día 20 —había ido el 25— pero que mi caso seguía abierto. Me tomaron mis datos”.
Plazos y retrasos
El 9 de julio, las autoridades municipales informaron que el número inmigrantes había disminuido desde la medida ejecutiva del presidente Joe Biden por la que se prohibía recibir asilo a los inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera sur. Pero en la actualidad sigue viviendo en los refugios de la ciudad un total de 64.000 inmigrantes, de los más de 200.000 que han llegado en los últimos dos años.
La mayoría de las organizaciones con las que habló City Limits identificaron más problemas relacionados con la correspondencia desde que a principios de este año la alcaldía empezó a cambiar las normas sobre la duración de las estadías de los inmigrantes en los refugios, y tras el acuerdo legal alcanzado en marzo que redefinió la política neoyorquina sobre el derecho al refugio para los inmigrantes adultos sin hijos, quienes en su mayoría están ahora sujetos a un límite de 30 días.
Y es que un único correo puede ser esencial para poder pasar a los siguientes pasos en un procedimiento de inmigración.
Un abogado que trabaja con una de las organizaciones que conforman ASLAN está luchando contra la orden de deportación de un inmigrante de África Occidental al que se envió en enero una Notificación de Audiencia —utilizada por el gobierno para informar a las personas que pretende expulsar de un próximo procedimiento de inmigración— al Refugio para Hombres en la 30th street.
Pero él nunca lo recibió. La notificación fue devuelta al Servicio Postal de Estados Unidos en febrero, y cuando el inmigrante no compareció ante el tribunal, éste ordenó su expulsión forzosa en abril. El solicitante de asilo se encuentra actualmente en un centro de detención de Nueva Jersey.
“En cuanto a la razón por la que fue detenido, no puedo decir si el correo fue el motivo”, dijo la abogada de la organización sin ánimo de lucro que representa al hombre, quien prefirió no ser identificada por temor de perjudicar el caso. “Pero en lo que respecta a su riesgo de deportación y a la posibilidad de que no se le conceda el asilo, sí, el correo”.
Los casos de inmigración suelen tener plazos muy ajustados que pueden verse frustrados por la pérdida de correo. Por ejemplo, los que quieren solicitar asilo afirmativo —a diferencia del asilo defensivo, que se presenta cuando alguien ya se enfrenta a un procedimiento de expulsión— deben hacerlo en el plazo de un año desde su entrada en al país, un plazo que se hace más difícil de cumplir por los retrasos actuales en los tribunales.
Una vez que los inmigrantes presentan su solicitud, USCIS envía una notificación por correo postal con un número de confirmación, pero si no se recibe, puede desencadenar un efecto dominó.
“Si la gente tiene que abandonar el refugio en un plazo de 30 o 60 días, es evidente que no van a recibir un aviso de confirmación en el momento en que ya no vivan en esa dirección”, dijo Lauren Wyatt, abogada gerente de Catholic Charities Community Services.
Sin el número de recibo, explicó Wyatt, no hay manera de que la persona notifique a USCIS de una nueva dirección. “Se enviará a una dirección que ya no tienen”, dijo Wyatt.
Los siguientes pasos, como solicitar una tarjeta de autorización de empleo (EAD por sus siglas en inglés), también dependen de ese número de recibo, subrayó Wyatt. Los solicitantes de asilo sólo pueden solicitar la autorización de empleo 150 días después de presentar la solicitud de asilo, y la aprobación sólo puede ser autorizada después de que transcurran 180 días. Cualquier retraso causado por el solicitante pondrá en pausa ese reloj, explicaron los abogados.
“Así que ahora no puedo demostrar al USCIS que he solicitado asilo porque no tengo mi aviso de confirmación. No puedo informar al USCIS que me he mudado porque no tengo el aviso de confirmación. No puedo conseguir un permiso de trabajo para mantener a mi familia, porque no puedo demostrar que solicité asilo”, dijo, reflexionando sobre los posibles resultados. “Así que es todo un lío, es la respuesta corta”.
Después de que USCIS envíe el número de recibo, el siguiente paso son las huellas dactilares, que son necesarias tanto para las solicitudes del USCIS como para las solicitudes presentadas ante el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés). “Si la persona no se toma las huellas antes de la decisión final de su caso, ya sea con el USCIS o con el tribunal, no se le puede conceder el asilo”, añadió Wyatt.
Para evitar posibles problemas, muchos de los grupos miembros y no miembros de ASLAN permiten a los solicitantes de asilo utilizar las direcciones de sus organizaciones para recibir correo. Sin embargo, sigue habiendo confusiones.
Hasan Shafiqullah, abogado de inmigración de Legal Aid Society, describió un caso reciente en el que tuvo que poner la dirección de Legal Aid Society como dirección postal de su cliente, pero la dirección del refugio como residencia, porque tenían que estipular dónde vivía realmente el solicitante de asilo.
Shafiqullah cree que la tarjeta de autorización de trabajo de su cliente se envió por error al refugio. “En el refugio dicen que nunca la recibieron”, afirma él. “No sabían qué había pasado con esta: era un tira y afloja”.
Shafiqullah llamó a su cliente para trabajar en una nueva solicitud de tarjeta EAD, y en el proceso, decidió sacar el aviso de recibo en el sitio web de USCIS, y descubrió que la agencia ya estaba produciendo una nueva tarjeta para enviar por correo a su cliente de nuevo.
“Me hace pensar que el refugio devolvió la tarjeta a USCIS porque no sabían cómo encontrar a la clienta, ya que entonces la habían trasladado a otro refugio. Y, afortunadamente, USCIS la recibió porque sólo vuelven a emitir la tarjeta si se les ha devuelto la original”, explicó Shafiqullah. “Así que fue un final feliz para ella. Aunque nunca recibimos la tarjeta de la seguridad social, e imagino que la enviaron al refugio”.
Correo no entregado, devolver al remitente
En enero, el Grupo New York Legal Assistance (NYLAG por sus siglas en inglés), una de las organizaciones del Proyecto Pro Se Plus —que ofrece asistencia para solicitar asilo, el Estatus de Protección Temporal (TPS) y permisos de trabajo— empezó a recibir el primer lote de correo devuelto.
Ya sea para DHS o al USCIS, NYLAG envía a los solicitantes copias de sus documentos como prueba de que la solicitud fue presentada. Sin embargo, dichas copias no han sido entregadas.
“Les enviamos por correo [a los solicitantes de asilo] esta solicitud normalmente una o dos semanas después de que la hayan presentado”, explica Allison Cutler, abogada supervisora de la Immigrant Protection Unit de NYLAG y quien también dirige clínicas del Proyecto Pro Se Plus. Fue a través de estos envíos devueltos como se dieron cuenta que sus paquetes no estaban llegando a la gente.
Además, “estamos viendo que el refugio está escribiendo sobre algunos de ellos”, dijo Cutler. “Tenemos un sobre que dice ‘dado de alta’. Y pone el número de habitación en la que estaba el residente”.
En ese caso concreto, sólo se devolvió la parte delantera del sobre a la organización. “Me sorprende que [el Servicio de Correos de EE.UU.] tramitara esa devolución. No tengo ni idea de dónde está esta solicitud de asilo. No tengo ni idea de quién la abrió. Sólo puedo suponer que fue el refugio. Y, por supuesto, eso es violar la confidencialidad”, añadió ella.
La oficina del alcalde dijo que no abre el correo y, en un número limitado de casos, devuelve el correo al remitente cuando los destinatarios no pueden ser localizados durante un período prolongado, aunque no especificaron cuántos días lo retienen.
Además, NYLAG ha tenido problemas para enviar correo al enorme complejo de carpas en Randall’s Island, diciendo que cuatro sobres han sido devueltos como “imposible de entregar”. NYLAG tiene unas cinco personas que no han recibido una copia de sus expedientes con las que no han podido ponerse en contacto recientemente.
“Su sobre [el del solicitante de asilo] nos fue devuelto como imposible de entregar porque era residente de Randall’s Island”, explicó Cutler. “Afortunadamente, en ese momento, nos pusimos en contacto con él [el cliente] por correo electrónico y pudimos enviarle por correo su copia de la solicitud de asilo”.
Un portavoz de la alcaldía dijo que sus HERRC, como el de Randall’s, proporcionan orientación sobre la dirección de los refugios, almacenan el correo dentro de las propias instalaciones y no descartan ni destruyen el correo, las revistas o las circulares no deseadas.
La alcaldía dijo que dispone de una base de datos centralizada que indica si los inmigrantes tienen correo que recoger y les avisa si tienen correo pendiente tras ser trasladados a otro refugio, aunque no detalló cómo funciona el proceso.
“Cada vez que una persona o familia debe trasladarse fuera de un refugio, corre el riesgo de perder estos documentos esenciales. La pérdida de documentos críticos puede significar citas perdidas, fechas de corte, y de entrevistas que perjudican gravemente nuestros esfuerzos para ayudar a los recién llegados a obtener la autorización de trabajo y navegar hacia la seguridad y la estabilidad”, dijo el Contralor Brad Lander a City Limits en un comunicado enviado por correo electrónico.
“Como mi oficina encontró en nuestra investigación de la regla de 60 días, la alcaldía no creó políticas en torno a la retención de correspondencia y no proporcionó a las familias suficiente información sobre cómo cambiar su dirección”, agregó Lander.
Cutler describe que lo que empezó como una rareza en enero, con unos pocos paquetes devueltos al mes, no ha hecho más que crecer.
“Esto está afectando negativamente el permiso de trabajo de las personas, su capacidad para obtener seguridad y estabilidad e independencia económica y, en última instancia, un estatus permanente y protección en Estados Unidos”, señaló Cutler. “Y si pierden una audiencia en el tribunal de inmigración, corren el riesgo de que se ordene su deportación durante su ausencia. Y, por supuesto, que se deniegue su solicitud de asilo si ya la habían solicitado y estaba pendiente.”
‘Todo tipo de correo’
Grupos de ayuda mutua, proveedores de servicios jurídicos y voluntarios que hablaron con City Limits dijeron que han permitido a los migrantes utilizar la dirección de su organización para recibir correspondencia, pero sólo para procesos legales. Para todo lo demás, como las cartas personales, los inmigrantes y solicitantes de asilo en refugios tienen opciones limitadas.
En agosto de 2023, Afrikana habilitó un espacio en su centro comunitario de Harlem para llenar este vacío, ante los cambios de dirección que se producirían después de que la alcaldía anunciara que limitaría la duración de las estancias en los refugios. Lo que empezó con unas cuantas cajs para los paquetes entrantes se convirtió rápidamente en una oficina de correo de 16 por 9 pies, explicó Adama Bah, fundadora de Afrikana.
“Recibimos todo tipo de correo”, explicó Bah, mostrando a un periodista cómo cada columna de buzones contenía tipos específicos de correspondencia: cartas personales, facturas de salud y correo de escuelas, departamentos de policía, patrulla fronteriza, DMV (para permisos de conducir), entre otros. Esto no incluye la correspondencia de inmigración, que se guarda en un despacho cerrado dentro de un cajón con llave.
Afrikana abre de lunes a viernes, y cada día 100 personas reciben el correo con cita previa. Un solicitante de asilo que es voluntario para la organización se encarga de la oficina de correo. Tiene impreso los nombres de quienes han concertado una cita para recoger su correo.
Candice Braun, directora de programación de Artists Athletes Activists, otra organización que ayuda a los nuevos inmigrantes, argumentó que la ciudad debería trabajar directamente con organizaciones sin ánimo de lucro como Afrikana para gestionar el correo de los inmigrantes.
“Como una mini oficina de correos”, dijo Braun. “Podrían concederles ese [dinero], y hay muchas organizaciones sin ánimo de lucro que lo harían”.
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