La mitad de los detenidos se negó a recibir la vacuna y dicen que no se les dio información, el director de la cárcel dice que se ha dado información.
El pasado 22 de enero empezó la vacunación en la cárcel condado de Hudson donde a la fecha 27 de los 54 inmigrantes detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE por sus siglas en inglés, se han negado a recibir la vacuna del COVID-19.
“En mi sección somos 25 [detenidos], y de esos, seis o siete no se la pusieron”, dice Mario —seudónimo—. Mario se negó a la vacunación porque había estado en huelga de hambre en enero de 2021. Su temor era recaer y sentirse débil, como dice haber visto a algunos de los detenidos vacunados.
Fernando —seudónimo— fue uno de los detenidos que sí se vacunó ese día. No lo pensó mucho, dice. En cuanto el doctor pasó frente a las celdas preguntando ¿quién se quiere vacunar? Fernando dijo: yo, sin titubeos.
“Tuve que firmar un documento que dice que voluntariamente me están colocando la vacuna”, dice Fernando y luego le dieron el carné en donde decía que en 28 días debía tomar la segunda dosis de la vacuna de Moderna, la vacuna que se ha usado en la cárcel condado de Hudson.
El brazo derecho de Fernando, donde le inocularon la vacuna, le quedó adolorido por dos días. “No me dolió en el momento pero sentí un dolor en el brazo días después”. Fernando no ha tenido otro dolor y no ha tenido coronavirus.
Tanto Mario como Fernando dicen que el día de la vacunación el doctor de la cárcel no dio información sobre la vacuna. “No me informaron nada, solo me dieron un papel [carné de vacunación], con número ID y mi nombre. No dijeron qué tipo de vacuna era”, dice Fernando.
Ron Edwards, director de la cárcel condado de Hudson dice por teléfono que se ha informado de tres maneras sobre la vacuna contra el COVID-19 en la cárcel: póster pegados en español y mandarín, charlas dadas por personal médico y la televisión encendida en el canal News 12, de New Jersey.
De acuerdo con Mario y Fernando, incluso los agentes de policía penitenciaria de la cárcel se han negado también a la vacuna. Edwards dice no saber cuántos de sus policías se la han puesto.
“No tengo autoridad”, dice Edwards al respecto, y agrega que su labor es ofrecer la vacuna, así como asegurarse de que se sigan los protocolos médicos.
Mario dice que otra de las razones para negarse a la vacuna es porque no confía en el sistema penitenciario y en la conversación telefónica sugirió que si lo vacunan en algún centro de vacunación estatal no tendría desconfianza.
“Eso no es posible”, respondió Edwards sobre esta propuesta de vacunación. “Para 27 [detenidos que se han negado a la vacuna] es absolutamente ilógico” y dice que tener un 50 por ciento de vacunación entre los detenidos no está mal comparado con otros sectores.
Según Edwards, se les dio Tylenol a los detenidos que fueron vacunados y sobre la segunda dosis solo agregó que se hará como dice el protocolo, en 28 días.
El acceso a la vacuna, dice Andrea Sáenz, abogada del Brooklyn Defender Services que representa a detenidos en esta cárcel, “es un paso en la dirección correcta”. Sin embargo, “muchas personas tienen preguntas y preocupaciones sobre las vacunas, no sólo porque es algo nuevo e incierto, sino también por la larga historia de pruebas de vacunas y experimentación médica en comunidades de color y otras personas vulnerables”, responde por correo electrónico.
“Por lo que entendemos”, añade Sáenz, “no creemos que ICE o la cárcel del condado de Hudson hayan proporcionado la información adecuada para que las personas puedan decidir si se vacunan o no”.
City Limits le preguntó a ICE sobre la situación específica en la cárcel de Hudson pero la agencia no dio detalles y se limitó a decir que está trabajando con los departamentos de salud estatales y locales para garantizar que la población detenida sea incluida en los planes de vacunación estatales. El departamento de salud de Nueva Jersey tampoco quiso dar detalles.
“Hacemos un llamamiento a ICE y a la cárcel de Hudson no sólo para que proporcionen un acceso completo a las vacunas, sino también para que se aseguren de que las personas puedan tomar una decisión informada que sea la mejor para ellas”, pidió Sáenz.
“Los que no nos vacunamos nos están chequeando”, dice Mario. Los detenidos siguen estando en las mismas celdas, no fueron redistribuidos entre los que se vacunaron y los que no.
Y mientras la última tormenta de nieve glaseaba Nueva York y Nueva Jersey, en la cual los dos estados declararon estado de emergencia, la cárcel del condado de Hudson entró en horario restringido.
“Encerraron a la gente 48 horas. Poca comida en la celda. No se podía llamar, ni bañarnos”, dice Mario. Edwards negó que no se pudieran bañar.