Adi Talwar

Esquina de 207th Street y Sherman Avenue.

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(An English version is here.)
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Nueva York es la ciudad inmigrante por excelencia. Con un 28 por ciento de la población nacida fuera del país y muchos más que son “segunda generación,” la ciudad se precia de ser un santuario de diversidad cultural para los inmigrantes.

El Alto Manhattan es el epicentro de una de estas comunidades inmigrantes: la dominicana. Los dominicanos representan el 63 por ciento de los latinos del área, que son el 74 por ciento del total de la población. Migraron a la ciudad en un momento en que los enclaves minoritarios enfrentaban el deterioro urbano y se esfumaba la red de protección social, y transformaron una zona arrasada por el crimen y la droga en una comunidad próspera. Las calles bordadas de pequeños negocios – casi todos de dueños dominicanos – y el fuerte tejido social de la comunidad les llevaron a lograr elegir representación política de entre los suyos.

Inwood NYC solo exacerbará el actual desplazamiento de la comunidad inmigrante trabajadora del Alto Manhattan. Los dominicanos ya están huyendo a El Bronx para escapar de los alquileres de esta zona, que continúan en aumento. Los residentes que permanecen aquí son el grupo étnico con la mayor presión económica: 48 por ciento de estos hogares dedican más de un tercio de su ingreso a pagar el alquiler. Bajo las reglas de Vivienda Inclusiva Obligatoria que cita Inwood NYC, tres de cada cuatro nuevos apartamentos serán viviendas de lujo, y las nuevas unidades de vivienda “asequible” seguirán siendo demasiado caras para la mayoría de los residentes de Inwood. El creciente valor de la propiedad servirá de incentivo para que los dueños de edificios de alquiler regulado aprovechen las indignantes lagunas existentes en las leyes de alquiler, como los alquileres preferenciales, para subir aun más los precios y desalojar inquilinos.

Esta rezonificación será desastrosa para los negocios de nuestros pequeños comerciantes inmigrantes en las calles 207, Broadway y Dyckman. Allí, la rezonificación sustituirá los espacios dedicados a la manufactura y los corredores de pequeños negocios por altos edificios de lujo y cadenas de tiendas. En Inwood, el 94 por ciento de los pequeños negocios alquilan sus locales, y el 53 por ciento de los pequeños comerciantes dicen que “apenas pueden pagar” su alquiler. Estos locales se enfrentarán cada vez más al hostigamiento de los dueños de edificios, que solo aceptarán alquilar sus espacios mes-por-mes o decidirán no renovar los contratos, además de ver un incentivo para ejecutar sus cláusulas de demolición con el fin de erigir edificios más altos.

Si la rezonificación se aprobara tal como está, las bases de la economía local – en las que el 53 por ciento de los negocios son de dueños latinos y el 29 por ciento pertenece a mujeres – se desmoronarán, llevándose con ellas a nuestra comunidad. A pesar de que el Business Improvement District (Distrito de Mejoramiento Empresarial, o BID, en inglés) está invirtiendo $1.23 millones en impulsar los proyectos de “embellecimiento” en la comunidad, los BIDs han probado ser peligrosos para las comunidades inmigrantes. Los dueños de edificios les pasan las tarifas del BID a los inquilinos, mientras los BIDs logran grandes ganancias gracias a los consumidores ricos, privatizan nuestros espacios públicos y acosan a los vendedores ambulantes.

Al hacer que la mayoría de la vivienda sea de lujo y estimular a los dueños de propiedades comerciales a eliminar los pequeños negocios, la Ciudad está abandonando a la comunidad que por años ha propulsado el renacimiento de Nueva York. El alcalde nos ha dicho continuamente que la gentrificación es un proceso inevitable pero, ¿no es el propósito de un gobierno proteger a sus ciudadanos del desplazamiento y de perder su sustento a través de políticas que ataquen los problemas de base del racismo institucionalizado y la avaricia corporativa?

Logramos derrotar el proyecto de Sherman Plaza porque no era verdaderamente asequible para nuestra comunidad, y nuestro concejal nos escuchó porque lo hicimos juntos. Tenemos que mantenernos unidos y decir, muy en alto y con una sola voz: “¡NO al plan de rezonificación de Inwood NYC!.” Nos merecemos algo mejor.

Paloma Lara y Ava Farkas son miembros de Northern Manhattan Is Not For Sale.

Traducido por Carlos Rordiguez.

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