Los cambios en la fórmula de financiación municipal de los programas de educación de adultos han dejado a algunas organizaciones comunitarias con décadas de experiencia sin contratos para seguir impartiendo sus clases—por el momento. Seis organizaciones que no recibieron financiación informaron de listas de espera con miles de personas.
Este artículo se publicó originalmente en inglés el 8 de agosto. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.
En las próximas dos semanas, Tiziana Perkins espera aprobar el último examen de ciencias que le queda pendiente para obtener un diploma a través de un programa de equivalencia de escuela secundaria (HSE por sus siglas en inglés) en St. Nicks Alliance, una organización que atiende a neoyorquinos de ingresos bajos y moderados en Brooklyn.
“Me graduaré en agosto”, dijo sonriente Perkins, de 38 años, a través de una llamada por Zoom. “En cuanto al programa, me ayudó a ganar más confianza; a creer en mí misma y a tener una red que llevaba mucho tiempo buscando”.
Perkins ingresó al programa de HSE en septiembre de 2023. Su objetivo es convertirse en flebotomista y obtener un título en el campo de medicina. “En cuanto a mi graduación, me ayuda a motivarme para ir más allá de mis límites, y saber que soy capaz de lograr lo que quiero lograr en cuanto a mis metas”, agregó.
Durante años, el Departamento de Juventud y Desarrollo Comunitario (DYCD por sus siglas en inglés) de la ciudad ha trabajado con organizaciones comunitarias e instituciones educativas para desarrollar un sistema de alfabetización de adultos para neoyorquinos mayores de 16 años, ofreciendo una serie de clases de alfabetización, inglés, matemáticas y otras materias.
Pero aunque el presupuesto global para estos programas ha crecido en los últimos años, los cambios en la forma en que la ciudad concede los fondos ha dejado fuera recientemente a muchos proveedores experimentados, que dicen haber establecido relaciones y confianza con las comunidades a las que sirven.
Al menos seis organizaciones que antes ofrecían estos servicios vieron recortada su financiación con el inicio del nuevo año fiscal en julio, lo que obligó a algunas a cancelar programas y despedir personal. Entre ellas figura el programa de educación de adultos de St. Nicks Alliance, que desde entonces imparte clases sin financiación.
“Sin esta financiación”, afirma Larry Rothchild, director general de desarrollo de St. Nicks, “los miembros más marginados de la comunidad corren el riesgo de no lograr la estabilidad económica necesaria para obtener el título de secundaria y trabajar para conseguir un empleo y [una] carrera profesional”.
En los dos últimos años fiscales, el presupuesto base para los programas de alfabetización de adultos del DYCD se fijó en $11.8 millones de dólares, que se otorgan a las organizaciones de base comunitaria que optan por contratos a través de requests for proposals (convocatoria de propuestas o RFP por sus siglas en inglés). El año fiscal, que finalizó el 30 de junio, incluyó fondos adicionales para estos programas, por un total de $16 millones de dólares.
Tras una ardua lucha durante las negociaciones presupuestarias de este año, los defensores y legisladores consiguieron $27 millones de dólares—incluida una aportación única de $10 millones de dólares financiada por el Concejo de la ciudad—para el año fiscal 2025, que comenzó el 1 de julio.
Para este lote de fondos, el DYCD utilizó una nueva fórmula para su RFP centrada en organizaciones dentro de Neighborhood Tabulation Areas (áreas de tabulación de barrios o NTA por sus siglas en inglés), que son áreas con bajo dominio del inglés y logros educativos y altos índices de pobreza, según los datos del censo.
Según las nuevas normas, se da prioridad a las organizaciones comunitarias dentro de una NTA y sólo una organización dentro una NTA puede obtener fondos. Si bien los proveedores afirman que el nuevo lenguaje de la convocatoria luce bien en teoría, en la práctica, sostienen, simplifica en exceso las complejidades y matices de los programas de alfabetización de adultos, que por definición atienden a personas económicamente desfavorecidas.
“El énfasis excesivo del RFP en las NTA parece haber desfinanciado a agencias de alto rendimiento con inscripciones completas y listas de espera de la población objetivo, mientras que ha dado lugar a NTA en las que no se ha adjudicado ningún contrato a ninguna agencia”, dijo John Hunt, decano adjunto de LaGuardia Community College para programas académicos preuniversitarios, cuyas clases se encuentran entre las afectadas.
Además, los proveedores argumentaron que la nueva convocatoria no tenía en cuenta las necesidades de los miles de inmigrantes y solicitantes de asilo que han llegado a la ciudad desde 2022.
El DYCD no respondió directamente a esta crítica, pero argumentó que los datos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense en los que se basa la nueva fórmula son “la encuesta nacional más completa disponible en la actualidad”, para dar cuenta de cómo la pobreza y otros indicadores de necesidad han cambiado en la última década. Cuatro de las 50 organizaciones con contratos adjudicados hasta ahora son nuevos proveedores, según el DYCD.
Anteriormente, el DYCD ha defendido el sistema argumentando que le permite ampliar su alcance a más barrios. “La administración Adams se ha comprometido a llevar la equidad a todos los neoyorquinos, dijo el Comisionado del DYCD Keith Howard en un comunicado a finales de junio, “razón por la cual el DYCD desarrolló una nueva fórmula con un RFP que incorporó las tasas de pobreza y amplió los programas de educación básica para adultos recientemente a comunidades como East Harlem, Concourse Village y Soundview”.
Durante las últimas semanas, la ciudad ha estado notificando a las organizaciones comunitarias seleccionadas. Siete de las 57 convocatorias todavía están esperando una decisión, dijo DYCD. El portavoz no precisó cuándo se completarán todas las designaciones, añadiendo que el calendario de cada solicitud depende de diversos factores y que el proceso sigue unas directrices establecidas.
Este retraso en la notificación, a su vez, también está retrasando la asignación de $10 millones de dólares a programas que no fueron seleccionados en forma de financiación discrecional del Concejo de la ciudad, que está tratando de ayudar a tapar el agujero, de acuerdo con un portavoz de la presidenta del Concejo Adrienne Adams.
No está claro cuántos proveedores han sido rechazados, aunque seis que no fueron seleccionados para financiación dijeron a City Limits que tenían listas de espera con cientos de personas, con más de dos mil futuros estudiantes.
Como el año fiscal finalizó en junio, estas organizaciones se encuentran actualmente en una encrucijada sopesando si cerrar del todo sus programas o estirar unos pocos dólares para seguir prestando el servicio, sabiendo que no es sostenible a largo plazo.
Johan Lopez, director de servicios para adultos e inmigrantes de Sunnyside Community Services, en Queens, explicó que no ser seleccionados diezmó sus programas, financiados en un 98 por ciento por el DYCD. La organización se vio obligada a despedir cuatro empleados a tiempo completo y nueve instructores.
“Tuvimos 39 clases”, en el año fiscal 2024, dijo López en una entrevista a través de Zoom. “Este año, tal y como están nuestros fondos, podremos ofrecer tres clases”.
Monica Guzman, directora ejecutiva adjunta de Sunnyside, afirma que se han puesto en contacto con donantes privados para recuperar parte de los fondos perdidos. También esperan conseguir algunos de los $10 millones de dólares adicionales conseguidos por el Concejo.
“Va a llevar mucho tiempo volver a construir este programa, realmente estamos esperando a saber qué va a hacer el Concejo con esos $10 millones de dólares”, dijo Guzmán a través de Zoom.
El Center for Immigrant Education and Training de LaGuardia Community College, que imparte clases de alfabetización para adultos, perdió también toda su financiación del DYCD el 1 de julio, lo que supone una pérdida de 145 plazas.
“Algunos de esos estudiantes esperaban volver al campus en otoño para seguir avanzando en nuestros niveles intermedios-bajos de ESOL [inglés para hablantes de otros idiomas], por lo que sus itinerarios educativos se ven interrumpidos”, explica Hunt.
El Mercy Center es otra organización sin fondos: de 38 clases ofrecidas el pasado año fiscal —y unos 2.150 estudiantes de ESOL matriculados— pasó a sólo tres este año fiscal, para apenas 200 estudiantes.
Hasta ahora, el Mercy Center ha despedido a 10 empleados del programa ESOL y espera despedir a más si no se restablecen los fondos, dijo Judit Criado Fiuza, directora de educación de adultos, inmigración y desarrollo. Agudath Israel of America, otro proveedor con sede en el bajo Manhattan, aconsejó a sus profesores que solicitaran el subsidio de desempleo y suspendieron todas las clases hasta nuevo aviso.
Anna Kaganova, directora de subvenciones del Center for Family Life, explica que su organización está a media cuadra del NTA en Sunset Park, pero no fue seleccionada.
“Todavía no hemos recibido noticias del DYCD sobre por qué no nos han seleccionado para el programa”, dijo Kaganova. “Pero la adjudicación de un único contrato por NTA nos parece un modelo restrictivo”.
“Atendemos a mucha gente de la NTA que solicitamos, pero no estamos directamente ubicados en ella”, añade. “Pero también atendemos a mucha gente de fuera de esa NTA en el sentido más amplio de nuestra comunidad”.
Los problemas de financiación se producen cuando los proveedores de estos programas han visto aumentar la demanda de clases, especialmente después de que más de 210.000 nuevos inmigrantes llegaran a la ciudad en los últimos dos años, 64.300 de los cuales permanecen en el sistema de refugios.
Jude Pierre, gerente de programas del Adult Literacy Center de CAMBA, explicó que tuvieron que cerrar la inscripción para las clases de inglés desde el invierno de 2023 hasta la primavera de 2024, mientras recibían unas 100 solicitudes por día.
“Volvimos a abrir temporalmente la inscripción para las clases de inglés justo antes de este verano”, escribió Pierre en un correo electrónico, diciendo que tienen una lista de espera de casi mil personas. “Como no tenemos tantas clases como antes, nos vimos desbordados bastante rápido y tuvimos que volver a cerrar la inscripción”.
“Hemos observado un aumento significativo en el último año de estudiantes de inglés recién llegados que solicitan servicios ESOL en el campus”, explicó Hunt, de LaGuardia. “Muchos de esos solicitantes son recién llegados a la ciudad y necesitan servicios de alfabetización de adultos de nivel básico; todos son neoyorquinos con bajos ingresos que solo hablan inglés básico, si es que lo hablan”.
Sin fondos adicionales, dijo Hunt, los solicitantes del programa ESOL de LaGuardia permanecerán en lista de espera durante más de un año. Hizo hincapié en que los que no pueden acceder a clases de ESOL o GED se enfrentan a mayores barreras para la participación cívica, la educación de sus hijos, el acceso a la educación post-secundaria, y formación profesional.
“En el año fiscal 2024 matriculamos a más de 2.000 estudiantes, todos ellos inmigrantes con bajos ingresos, el 75 por ciento de los cuales tenían problemas críticos de vivienda”, explicó Criado Fiuza, de Mercy. “La demanda era tal que podríamos haber matriculado el doble de estudiantes si hubiéramos tenido los fondos y el espacio”.
Aún así, los proveedores esperan que los fondos adicionales del Concejo les permitan volver a dar vida a sus programas para adultos.
“Gracias a estos $10 millones de dólares adicionales”, dijo Pierre, “a partir del otoño podrán ofrecerse más clases de inglés en toda la ciudad. Esperamos que CAMBA esté entre los proveedores de servicios considerados para la financiación”.
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