Tras un periodo de votación de 30 días que comienza el 8 de noviembre, Nostrand Houses podría ser la primera urbanización de la Autoridad de la Vivienda de la ciudad de Nueva York (NYCHA por sus siglas en inglés) en adherirse a la Fundación para la Preservación de la Vivienda Pública (Preservation Trust), una nueva entidad pública que puede emitir bonos para financiar reparaciones.

Scott Heins

Residentes de las Nostrand Houses de NYCHA serán los primeros en votar si se adhieren al nuevo Preservation Trust, se convierten a la iniciativa PACT o permanecen en la Sección 9.

Este artículo se publicó originalmente en inglés el 25 de octubre. Traducido por Daniel Parra.
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A poco menos de dos semanas, los residentes de NYCHA en las Nostrand Houses de Sheepshead Bay se preparan para votar sobre el futuro de sus viviendas.

Tras un periodo de votación de 30 días que comienza el 8 de noviembre, Nostrand podría ser la primera urbanización de la Autoridad de la Vivienda de la ciudad de Nueva York (NYCHA por sus siglas en inglés) en adherirse a la Fundación para la Preservación de la Vivienda Pública (Preservation Trust), una nueva entidad pública que puede emitir bonos para financiar reparaciones.

Los residentes podrían votar alternativamente para participar en el Pacto para preservar la asequibilidad permanente juntos (o Permanent Affordability Commitment Together o PACT por sus siglas en inglés), a través de la cual NYCHA suscribe contratos de arrendamiento a largo plazo con empresas privadas, o para seguir en las viviendas públicas tradicionales de la Sección 9.

El Pacto y la Fundación forman parte de una estrategia para hacer frente a las crecientes necesidades de reparación de NYCHA —calculada en unos $78.300 millones de dólares para los próximos 20 años— a falta de más financiación pública directa. Ambas opciones prometen que los residentes seguirán pagando como máximo el 30 por ciento de sus ingresos en concepto de alquiler.

A través del Pacto, que ya ha convertido 37.000 viviendas públicas desde su lanzamiento en 2015, los promotores privados contratados para gestionar las viviendas de NYCHA pueden financiar las reparaciones con créditos fiscales, hipotecas y bonos. 

La Fundación para la Preservación de la Vivienda Pública, aprobada como ley el pasado mes de junio por la gobernadora Kathy Hochul, aún no se ha puesto a prueba. Los apartamentos se alquilarían a la nueva entidad, que a su vez emitiría bonos para sufragar las reparaciones con fondos federales adicionales obtenidos a través de los Tenant Protection Vouchers (vales de protección de inquilinos o TPV por sus siglas en inglés), cuyo valor duplica la subvención federal actual de NYCHA. 

Según el gobierno del alcalde Eric Adams, los apartamentos de Nostrand se encuentran en peor estado que el 80 por ciento que los de otras urbanizaciones similares. El coste estimado de la rehabilitación de los 16 edificios es de $600 millones de dólares.

La semana pasada unos 50 residentes abarrotaron una sala de CAMBA Sheepshead Bay Cornerstone, un centro comunitario del conjunto vecino, repleta de folletos y libros para colorear para los niños. 

Deborah Millan fue una de las primeras en tomar asiento. Lleva 42 años viviendo en Nostrand. Tras separarse de su pareja y tener dos hijos pequeños que criar, Millan dijo que encontró una red de seguridad en las viviendas públicas. “Era un lugar precioso para vivir”, afirma. 

Pero con el paso de las décadas, las condiciones de la urbanización se deterioraron. “Se reparan pequeñas cosas, como un desagüe, pero hay una sensación de abandono”, explicó.

Millan espera que se realicen tanto las reparaciones iniciales como el mantenimiento a largo plazo para conservar estas condiciones. “Creo que si los edificios se mantuvieran mejor, habría más dignidad para las personas que viven allí”, dijo. “Quizá no habría meadas en el ascensor, para ser francos”.

Barbara McFadden, presidenta de la asociación de inquilinos de Nostrand Houses y miembro de la junta de la Fundación para la Preservación de la Vivienda Pública, dirigió la reunión del 19 de octubre. Dijo a los residentes que, aunque apoya a la Fundación, su función no es influir en los inquilinos en ninguna dirección. Sin embargo, animó a los asistentes a mantener la mente abierta a nuevas oportunidades.

A lo largo de la reunión, comparó los problemas de la urbanización con los de un estudiante. “Si mi hija no aprende en esa clase, entonces hablo con el director, hago que saquen a mi hija de esa clase y la pongan en otra donde pueda aprender”, dijo McFadden. “Igual que si sientes que vives en Nostrand Houses y estás bajo la Sección 9 y sientes que no estás obteniendo resultados, intentas otra cosa”.

El público también escuchó a Vlada Kenniff, exfuncionaria de la división de gestión de activos y capital de NYCHA, que se había convertido en la presidenta inaugural de la Fundación cinco semanas antes. 

“No se trata de poner bonitas las propiedades, no se trata de cosas brillantes, se trata de arreglar los sistemas”, dijo. “Estoy aquí para cumplirlo”.

Scott Heins

Folleto sobre un evento de divulgación de la Fundación para la Preservación de la Vivienda Pública (Preservation Trust) pegado en la puerta de un apartamento de las Nostrand Houses.

La Fundación para la Preservación de la Vivienda Pública, añadió Kenniff, va a mantener los puestos de trabajo de los actuales trabajadores de NYCHA, el 22 por ciento de los cuales viven en viviendas públicas. El Pacto para preservar la asequibilidad permanente juntos o PACT, en cambio, permite a los promotores asociados aportar sus propios equipos de gestión. 

Este fue uno de los principales argumentos de la propuesta de Infinite George, representante sobre el terreno del Greater New York Laborers-Employers Cooperation and Education Trust (LECET por sus siglas en inglés). George no vive en Nostrand, pero acudió a la reunión con una pila de folletos a favor del Pacto. 

“Mantendrá a los residentes que consiguieron un empleo significativo a través de NYCHA, los mantendrá empleados como miembros del sindicato también”, dijo.

Para completar las reparaciones necesarias en los apartamentos, algunos inquilinos pueden tener que trasladarse, dijo Kenniff. Según NYCHA, la cantidad de tiempo depende del lugar, pero hay un periodo previsto de tres a seis meses.

El residente Herman Cruz exigió garantías de que podría volver. 

“Si un residente se va a mudar de su apartamento, va a volver a ese mismo apartamento, ¿dónde puedo encontrar eso en línea o por escrito?”, preguntó.

Tamika Brown, administradora de NYCHA, respondió: “si tiene que ser realojado temporalmente, firmará un contrato de arrendamiento temporal de un apartamento y, una vez terminadas las reparaciones, volverá a su otro apartamento”, explicó Brown.

Kenniff añadió que está trabajando con NYCHA para mantener los apartamentos vacíos en Nostrand y Sheepshead Bay Houses, una urbanización vecina, para garantizar que los inquilinos permanezcan en la propiedad.

También trató de asegurar a Cruz y a otros que un proveedor externo no puede detener el proyecto a mitad de camino si el coste de la construcción supera sus expectativas.

Según la legislación de la Fundación, se establece un presupuesto al inicio del proceso. En caso de que la Fundación elija a un proveedor externo para realizar las reparaciones, éste deberá ajustarse al presupuesto y realizar todas las tareas previstas en el contrato.

Antes de que terminara la reunión, un inquilino sacó un papel doblado del bolsillo de su camisa y declaró que el folleto le confundía aún más sobre la diferencia entre la Fundación y el Pacto. Era el folleto que George, de LECET, había dejado antes de empezar la reunión.

“Me dice que elija la Fundación”, dijo el inquilino. 

Otros residentes empezaron a examinar el volante para averiguar de quién procedía. Courtney Yu, responsable de asuntos estatales de NYCHA, aseguró a los inquilinos que el papel no era de la autoridad de vivienda.

“Hay una organización específica que quiere que votes de una determinada manera y que comparta sus opiniones con ellos, y eso está bien”, dijo Yu.

Al término de la reunión, Yu recordó a los inquilinos que la votación comenzará en línea y por correo el 8 de noviembre. La votación en persona tendrá lugar entre el 28 de noviembre y el 7 de diciembre en su oficina de compromiso, ubicada en el campus en 2344 Bragg St., apartamento 1C.

Hay más reuniones sobre la votación previstas para la próxima semana, incluyendo el 1 de noviembre, en el centro comunitario situado en 3679 Nostrand Ave. NYCHA dijo que hasta ahora ha contactado al 67 por ciento de los inquilinos para informarles de la votación a través de llamadas telefónicas, llamadas a las puertas y reuniones.

“Sólo queremos asegurarnos de que todos estén informados y queremos animarles a votar porque esto es realmente importante”, dijo Yu. 

Más cerca del período de votación, los inquilinos también pueden esperar volantes de Residents to Preserve Public Housing (RPPH por sus siglas en inglés), cofundada por Marquis Jenkins, un exresidente de vivienda pública que se opone tanto a la Fundación como al Pacto.

“RPPH cree firmemente que la forma más sostenible de proteger, preservar y modernizar los hogares NYCHA es a través de todos los niveles de gobierno financiando viviendas públicas bajo la Sección 9”, dijo Jenkins a City Limits por correo electrónico.

Millan, quien abandonó la reunión del 19 de octubre temprano, dijo que se sentía más cerca de una decisión, aunque todavía inquieto. 

“Es preocupante las opciones que tenemos”, dijo. “Yo optaría por la Fundación sólo porque parece limitar el riesgo de privatización”.


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