Queens tiene el menor número de centros de enfriamiento de acuerdo con la densidad de su población, con solo cinco centros por cada 100.000 habitantes, mientras que Manhattan tiene siete, según un análisis realizado por la oficina del Contralor de la ciudad, Brad Lander. East Flatbush fue el barrio con el peor acceso a los centros de enfriamiento en relación con el grado de vulnerabilidad.
Este artículo apareció originalmente en inglés. Translated by Daniel Parra. Read the English version here.
Barrios con un alto riesgo de vulnerabilidad al calor tienen un acceso desigual a los centros de enfriamiento, según un informe realizado por la oficina del Contralor de la ciudad, Brad Lander, que analizó las condiciones durante la reciente ola de calor del 19 al 25 de julio. El informe se publicó la semana pasada, cuando la ciudad de Nueva York entró en otro ciclo de temperaturas extremas.
La ciudad cuenta con cientos de centros de enfriamiento, espacios públicos como bibliotecas, centros comunitarios y escuelas, equipados con aire acondicionado y acceso a agua potable. Pero en algunas comunidades, el acceso es escaso y distante, y las horas de funcionamiento son limitadas.
Según el análisis del contralor, Queens tiene el menor número de centros de enfriamiento en proporción con la densidad de población, con solo cinco por cada 100.000 habitantes, mientras que Manhattan tiene siete.
La oficina de Lander también examinó los barrios con más necesidad de estos centros y encontró disparidades. Algunos barrios con la puntuación más alta del índice de vulnerabilidad al calor —un 4 o 5 sobre 5— tienen incluso menos centros. El índice de vulnerabilidad al calor, desarrollado por el Estado de Nueva York, se calculó utilizando características ambientales, como la cubierta del suelo, así como criterios socioeconómicos, como el nivel de pobreza, la edad y el grupo étnico de la población.
El informe del contralor señaló que East Flatbush era el barrio con peor acceso a los centros de enfriamiento de acuerdo al grado de vulnerabilidad. Este barrio con 162.400 neoyorquinos, el 85 por ciento de los cuales son afroamericanos, solo dispone de dos centros de enfriamiento.
De los 10 barrios con mayor disparidad en cuanto a vulnerabilidad al calor y la cantidad de centros de enfriamiento, la mitad se encuentran en Brooklyn, tres en el Bronx y dos en Queens.
“Queremos que todas las comunidades tengan un acceso equitativo a los centros de enfriamiento”, dijo un portavoz de la Oficina de Gestión de Emergencias, añadiendo que esta temporada tienen un número récord de instalaciones abiertas.
La agencia dijo que se ha asociado con organizaciones locales y las sometió a una amplia evaluación antes del verano para determinar su capacidad de proporcionar aire acondicionado y agua potable. “La estructura de los centros de enfriamiento permite a la ciudad aprovechar programas de fiabilidad que son conocidos y valorados por las comunidades a las que sirven”, dijo el portavoz.
Los informes del Departamento de Salud de la ciudad muestran que los neoyorquinos afroamericanos tienen el doble de probabilidades de morir de calor que sus vecinos blancos. El informe de mortalidad por calor de 2022, publicado en junio, señalaba que 370 personas mueren cada verano a causa del calor o de otra afección agravada por el calor. Brooklyn y Queens también tuvieron el mayor número de muertes relacionadas con el calor entre 2011 y 2020. El informe del año pasado mostró resultados similares.
Cuatro neoyorquinos murieron durante la ola de calor de julio, pero la ciudad no ha proporcionado información sobre las víctimas.
Acceso limitado por las noches y los fines de semana
El informe de Lander también señala el restringido horario de los centros de enfriamiento. Solo el 11 por ciento ofrecen un horario extendido de 6 p.m. a 11 p.m., y solo el 17 por ciento abren los domingos. La mitad cierran los sábados.
El verano pasado, durante una ola de calor que batió récords, City Limits hizo un estudio de los centros de refrigeración de la ciudad y descubrió que muchos estaban cerrados antes de las 5 p.m., a pesar de que el entonces alcalde Bill de Blasio había declarado la emergencia por calor esa misma tarde, cuando la temperatura alcanzaba todavía los 100 grados Fahrenheit.
“Los centros de enfriamiento gestionan sus propios horarios de funcionamiento y están sujetos a cambios”, dijo la Oficina de Gestión de Emergencias en ese momento.
Durante la pandemia, cuando los centros de enfriamiento no estaban disponibles, de Blasio introdujo un programa único “Get Cool”, a través del cual la ciudad distribuyó alrededor de 74.000 aires acondicionados a neoyorquinos de bajos ingresos mayores de 60 años, según John Scrivani, ex comisionado de la OEM.
El programa de la ciudad ha terminado, pero en mayo, la gobernadora Kathy Hochul anunció una extensión del Programa estatal de Asistencia Energética para el Hogar, que ha financiado unidades de aire acondicionado a más de 36.000 hogares en los últimos cinco años.
Aun así, el costo de funcionamiento de esas unidades gratuitas puede ser un obstáculo para algunos neoyorquinos. El informe de Lander citó un estudio de 2017 en el que una cuarta parte de los encuestados que utilizaron su aire acondicionado durante menos de la mitad del tiempo mencionaron cuestiones de índole económica como factor determinante.
Desde entonces, la deuda de los servicios públicos ha aumentado y las facturas de energía sin pagar se han acumulado en todo el estado. En junio, Con Edison tenía 386.372 clientes residenciales en Nueva York que debían un total de $829 millones de dólares. En respuesta, el Concejo de la ciudad aprobó la creación de una nueva oficina municipal encargada de abogar por los usuarios de los servicios públicos, y la oficina de Hochul se comprometió a destinar $567 millones de dólares para ayudar a los neoyorquinos con las facturas de gas y electricidad atrasadas.
Un mapa de los centros de enfriamiento existentes se puede encontrar aquí. En la página web de la ciudad “Cool It!” se pueden encontrar otros recursos hídricos, como duchas de aspersión y piscinas públicas.
City Limits quiere hablar con los habitantes de Nueva York sobre su acceso al aire acondicionado durante la ola de calor de este verano.