El crecimiento en la lista de votantes está a la mitad del ritmo de 2016.
Este artículo apareció primero en inglés.
Traducido por Carlos Rodriguez.
En la ciudad de Nueva York, la inscripción de nuevos votantes en 2020 ha bajado casi a la mitad en comparación con el año electoral 2016.
Entre enero y junio, solo 80.000 personas se inscribieron para votar en la ciudad. En 2016, 155.000 votantes se registraron durante el mismo periodo de tiempo, según la Campaign Finance Board (junta de financiación de campañas de la ciudad, o CFB), que se encarga de regular el dinero que se gasta en la política y promueve la inscripción electoral.
La junta atribuye este descenso a las limitaciones que ha impuesto el estado de Nueva York a las reuniones públicas por causa del COVID-19. De hecho, antes de que se implementaran las órdenes del programa PAUSE en marzo, el número de nuevas inscripciones estaba subiendo con respecto a 2016, según datos del CFB. La mayoría de inscripciones se llevaron a cabo en persona en eventos multitudinarios. Las restricciones han creado un vacío substancial para las organizaciones que se dedican a inscribir votantes, las cuales han quedado desplazadas por la pandemia.
La junta también señala a las arcaicas leyes de inscripción electoral de Nueva York, en especial la falta de un sistema de inscripción en línea que les permita a los votantes apuntarse de forma segura desde su casa. El senado estatal pasó un proyecto de ley para establecer dicho sistema, pero la asamblea aún no ha votado al respecto.
“Estamos paralizados”, dijo Eddie Cuesta, director ejecutivo de Dominicanos USA, grupo que promueve la participación cívica de la comunidad dominicano-americana en los asuntos de la ciudad. El líder dijo que su organización solo ha logrado inscribir un 10 por ciento de los votantes que registró en 2016.
Allie Swatek, directora de reglamentos de la CFB, advirtió que la disminución en inscripciones de este año podría traer consecuencias más allá del presente año electoral.
“Hay más oportunidad de inscribir gente durante un año presidencial que durante un año de elecciones no presidenciales”, dijo Swatek. Esto significa que las elecciones locales (las municipales en 2021 y las estatales en 2022) podrían contar con menos electores que en otras ocasiones.
Aunque el sistema parece estar perdiendo la oportunidad de añadir nuevos votantes, el número total de electores inscritos es más alto que hace cuatro años. Según datos de la junta electoral del estado, el pasado mes de febrero ya había 8 por ciento más votantes activos en la ciudad de Nueva York que los que estaban inscritos el día de las elecciones en 2016.
Convencer a nuevos ciudadanos
Uno de los mejores lugares para inscribir votantes nuevos son las ceremonias de naturalización en las cortes federales, en las que los inmigrantes residentes obtienen la ciudadanía de Estados Unidos.
Organizaciones como Dominicanos USA, Asian American Legal Defense and Education Fund (AALDEF) y la Brooklyn Voters Alliance le dijeron a City Limits que, hasta que el estado de Nueva York implementó las órdenes de PAUSE, solían registrar a los nuevos ciudadanos al salir de estas ceremonias.
Jan Combopiano es miembro de la Brooklyn Voters Alliance, una organización fundada hace tres años para estimular la participación, inscripción, educación y defensa de los electores. Combopiano dijo que el grupo estuvo inscribiendo votantes en ceremonias de naturalización hasta mediados de marzo.
Los eventos de inscripción de votantes en estas ceremonias, que se efectuaban en la corte del distrito sur en Manhattan, fueron parte del proyecto NYC Votes del Campaign Finance Board. (Aunque la Brooklyn Voters Alliance tiene su base en Brooklyn, sus miembros dicen que la oficina del Homeland Security de ese condado no les permitió inscribir nuevos electores en las ceremonias de naturalización celebradas allí.)
Cuesta, de Dominicanos USA, también dijo que hasta marzo su grupo estuvo inscribiendo votantes nuevos en estas ceremonias de naturalización, que desde hace varios años se llevan a cabo todos los viernes. Estimó que entre 60 y 65 por ciento de las personas naturalizadas en estas ceremonias, que suelen rondar las 150, aceptaban inscribirse para votar.
Superar barreras de edad e idioma
Judy Lei, organizadora de derecho al voto para el Asian American Legal Defense and Education Fund (AALDEF), dijo que su organización también inscribía nuevos votantes recién naturalizados todos los viernes en la corte del distrito sur, y que un tercio de las personas que asistían se registraban con ellos.
Lei añadió que las inscripciones en persona son importantes porque permiten a los voluntarios aclarar dudas sobre el proceso.
A menudo, dijo Lei, la gente descarta inscribirse en persona pensando que puede hacerlo por internet desde su casa. Sin embargo, en el estado de Nueva York quienes deseen inscribirse para votar aún tienen que imprimir un formulario, llenarlo y enviarlo por correo a la junta electoral. La coordinadora explicó que el proceso a veces les resulta difícil a residentes de edad avanzada o de bajos recursos de Chinatown, área que AALDEF sirve.
Shirley Ng, empleada de AALDEF, ha estado inscribiendo votantes en Chinatown en Manhattan para compensar la falta de eventos públicos. En las pasadas seis semanas, ella ha montado una pequeña mesa en la calle Bayard para atraer a nuevos electores en tres ocasiones, y ha logrado registrar a unas 10 personas cada vez. De estas, la mitad son votantes nuevos y la otra son residentes que cambiaron de dirección.
Ng calcula que el 80 por ciento de la gente que se ha inscrito no domina el inglés y muchos de ellos son de edad avanzada. La organizadora habla cantonés, y en ocasiones la acompaña un voluntario que habla mandarín. Dice que las personas mayores y que no hablan inglés que residen en Chinatown son parte de una población que tendría problemas para manejar el proceso de inscripción sin ayuda.
“No es posible inscribirse por internet. No se puede”, dijo Ng, enfatizando que hay que imprimir los formularios y enviarlos por correo.
“Las personas mayores, los envejecientes, no tienen internet ni impresora”, dijo Ng, refiriéndose a los residentes de Chinatown con quienes ha hablado. “Tienes que volver al antiguo sistema con papel o ni siquiera van a considerar hacerlo”.
A veces, estas conversaciones solo se pueden dar en persona. Un joven pasó por la mesa de Ng y le dijo que no planeaba votar a pesar de estar inscrito. Ella intentó convencerlo de que lo pensara mejor. Unos días después, el joven volvió a su mesa, le dijo que lo había pensado, y le pidió ayuda para actualizar su dirección.
“Si no estás ahí afuera, no van a considerarlo”, dijo Ng.
Aprovechar las protestas
La Brooklyn Voters Alliance también ha estado buscando maneras de inscribir votantes en persona. Sus miembros dicen que, cuando comenzaron las protestas contra la violencia policíaca a principios de mayo, la organización acudió a ellas para registrar electores nuevos. Cuando las demonstraciones se disiparon, el grupo pasó a celebrar campañas tipo “pop-up” en un barrio diferente de Brooklyn cada fin de semana. Según el grupo, la gente que paró a inscribirse incluía desde personas que recientemente han quedado sin hogar hasta electores que llevaban décadas sin ejercer su derecho al voto.
Aún después de que la ciudad implementara la Fase 4 de la reapertura, sigue habiendo pocos transeúntes. “No es el volumen de gente que vemos en eventos concurridos, así que ha sido difícil”, dijo Julie Kerr, miembro de la Brooklyn Voters Alliance. “Pero vamos a aprovechar todo lo que podamos”.
El descenso en inscripciones es particularmente preocupante entre los votantes jóvenes de la ciudad. Swatek, de la Campaign Finance Board, dijo que muchas personas que recientemente han cumplido los 18 años no se han registrado para estas elecciones. Muchos tampoco sabían que podían pre-inscribirse antes de cumplir la edad reglamentaria.
Brendan Cushing, de 23 años, es director de programación en la organización Generation Vote, que funciona con voluntarios y que ha estado inscribiendo a los jóvenes, además de pedirle al estado que elimine las “barreras sistemáticas” que obstaculizan el voto. Cushing dijo que el grupo suele tener voluntarios en las universidades ayudando a inscribir nuevos electores, pero que esto ha sido más difícil en un momento en que los cámpuses están cerrados para evitar la propagación del COVID-19. El organizador añadió que, al contrario de la gente mayor, los jóvenes suelen estar de paso en la ciudad. También, muchos no poseen licencia de conducir o identificación estatal, lo cual dificulta su inscripción para votar.
Los jóvenes, especialmente, se beneficiarían grandemente de que existiera un sistema de inscripción electoral por internet durante una pandemia que los ha obligado a estar en línea más de lo normal. Esto explica la frustración de los grupos defensores del derecho al voto, quienes lamentan que los legisladores del estado aún no hayan efectuado esta reforma. El estado aprobó la inscripción automatizada este año, pero no entrará en vigor hasta 2023.
Estancado el voto por internet
La Campaign Finance Board dice que ya ha creado un sistema de inscripción por internet para toda la ciudad que podría implementarse rápidamente. Sin embargo, no solo la propuesta está estancada en la asamblea estatal, sino que la junta electoral del estado no ha apoyado públicamente el plan. La junta no respondió a nuestra petición de un comentario al respecto.
Kerr, de la Brooklyn Voters Alliance, dijo que rehusarse a pasar la ley de la asamblea ha puesto a los defensores del derecho al voto en una posición difícil, forzándolos a arriesgar su propia salud inscribiendo votantes en persona durante una pandemia.
“Estamos muy decepcionados de que la asamblea no haya pasado esta legislación y de que nos haga más vulnerables mientras inscribimos nuevos electores durante la pandemia”, dijo Kerr. “Los que estamos dispuestos a inscribir votantes en persona estamos arriesgándonos, pero no podemos alcanzar el volumen que lograría un sistema electrónico”.
Combopiano añadió que un sistema en línea resultaría cómodo para los jóvenes que están tratando de atraer.
“Cada vez que tenemos que decirle a una persona de 18 años que hay que llenar un papel, piensan que estamos locos”, dijo. “Es como si se estuviera haciendo un esfuerzo deliberado para que la gente joven no se inscriba”.
“Votar es un hábito”, añadió Combopiano. “Cuando una persona se va sin registrarse, es menos probable que vote en el futuro. No es solo por estas elecciones, sino por las próximas”.